¿Visitarás el salar de Uyuni con el tour de 1 día o el de 3?¿Has escuchado del de 4? ¿Saldrás desde Tupiza o desde Uyuni?

Una vez estás en Bolivia comienzan las preguntas, la sobredosis de información y las preguntas. Te lo prometo, tendrás tanta información que no sabrás manejarla. Dudarás de todo.

Haz el tour de tres días, los 100 euros merecerán la pena.

Contrata la excursión desde Tupiza, es casi el doble de precio pero tiene un día más y las agencias son más seguras.

Te agotarás de ir en coche y bajarte para cada parada, espero que te lleves bien con tus compañeros de viaje.

¡Y llévate ropa! ¡No te imaginas el frío que hace en los refugios a la noche!

Que tienes que visitar el increíble salar de Uyuni del que todo el mundo habla es una realidad pero ¿cómo?

De primeras, tal y como parece, no es posible visitar el salar de Uyuni sin tour organizado ¿o sí?

Ahí estaba yo, en Tupiza, un pequeño pueblo de Bolivia con mucho encanto, mirando tours para visitar el salar de Uyuni. De 4 días, de unos 200 euros, recorriendo la (al parecer) maravillosa zona del sur de Bolivia.

Pero tenía mis dudas. Casi 200 euros eran muchos euros y 4 días en una excursión organizada eran, sin duda, muchos días. ¡Apenas aguanté con estilo las 3 horas de excursión organizada del valle de la Luna! ¿Aguantaría 4 días a lomos de un jeep, bajo las directrices de un conductor y decidiendo por "democracia" con el resto del equipo los horarios de las paradas?

Para ser(me) sincera, cuatro días de organización me parecían demasiados días dentro de mi desorganización. Me interesaba verlo todo, pero no así. A mí me gusta descubrirlo con mis ritmos, a mis tiempos y, por qué no, con mis presupuestos.

¿Existiría LA forma de visitar el salar de Uyuni sin tour organizado? ¿Podría visitar el salar de Uyuni por mi cuenta?

Todo apuntaba a que no. O no al menos de una forma especial.

Eso pensaba hasta que un amigo argentino me escribió con la información. En el momento que leía sus líneas sabía que había encontrado LA forma. Era consciente de que tenía las respuestas a tantas preguntas y sabía también que quería visitar el salar de Uyuni sin tour organizado. Era una información que no había leído en ningún lado y que, recién la leía, ya la sentía mía.

Y es que según parecía, era posible visitar el salar de Uyuni sin tour organizado por un precio de 50 pesos bolivianos (unos 8 euros) y dormir en la famosa isla Incahuasi (donde todos los tours hacen parada). Automáticamente se la propuse al grupo con el que viajaba en ese momento y la propuesta fue un éxito.

Visitaríamos el salar de forma independiente, sumándole aventura y de forma económica ¿qué más podíamos pedir? Todos se unieron a la aventura.

No sabíamos si iba a funcionar, pero lo íbamos a intentar.

 VISITAR EL SALAR DE UYUNI SIN TOUR ORGANIZADO

Una vez tienes la información todo es bastante sencillo (como siempre). Pero la realidad es que si vas sin idea, los bolivianos de Uyuni conspirarán para que no sepas cómo hacerlo y si sabes cómo hacerlo intentarán asustarte con historias para no dormir sobre el temible salar. Nada más lejos de la realidad. Y es que no hay nada que temer, de verdad.

Lo primero que tienes que hacer para visitar el salar de Uyuni sin tour organizado es desplazarte hasta Uyuni.

Una vez allí, en la calle principal donde están todos los autobuses gritando los próximos destinos, tienes que preguntar por el autobús que va destino a Llica. Existen dos agencias de viaje que hacen el recorrido, Zulema y Trans Asunción, ambas salen a las 12 del medio día y se encuentran al final de la calle, en frente de los baños públicos.

Llica es un pueblo al otro lado del salar al que se llega cruzando el mismo. De por sí, el autobús no acostumbra a parar en la isla, pero sí lo hace si se le solicita con anterioridad. El precio del autobús a Llica cuesta 25 bolivianos y para detenerse en la isla (y negociando un poco) te lo rebajan hasta 20 bolivianos (algo menos de 3 euros).

Es necesario acordar con la compañía la hora a la que pasará el autobús al día siguiente de vuelta a Uyuni o bien a Llica. Recuerda que si no el autobús es probable que no pase por allí.

¿Qué puede salir mal?

En realidad nada, pero nuestro grupo andaba algo bajo en presupuesto de viaje y siempre buscábamos una forma más económica de hacerlo todo. En Bolivia funciona bastante bien hacer dedo a los autobuses y negociar con ellos un precio más bajo al de la terminal, así que, siguiendo esa técnica, acordamos de extranjis con el conductor que nos recogiese en una esquina y nos llevase por 10 bolivianos a cada uno. Por alguna razón que desconocemos, el autobús nunca pasó por donde acordamos y perdimos el autobús (que sólo sale una vez al día). ¿Lección? Toma el autobús en la terminal o espéralo en la ruta hacia el salar, allí seguro que pasa y, suponiendo que no se deja negociar, puedes pagarle el precio integro del billete.

¿Qué hicimos?

A decir verdad, todo fue un poco desastre ¡pero lo disfrutamos muchísimo! Éramos 6 y nos separamos en 3 parejas para hacer dedo hasta Colchani, el último pueblo antes del salar. La idea era acampar allí y esperar al autobús del día siguiente. Por supuesto, tienes la opción de pagar un taxi que te lleve hasta allí (incluso hasta la isla), pero eso no estaba en nuestros planes. Todo parecía una aventura y, en realidad, nos divertía bastante.

Como estaba algo frustrada por perder el autobús, no podía quedarme quieta y me puse a  caminar junto con Guille hasta el peaje. Nada más llegar paró un jeep con dos parejas a las que les pedimos por favor, que nos acercasen esos 20 kilómetros hasta Colchani. Las parejas nos decían que el conductor no lo permitía, el conductor que dependía de las parejas y al final, hablando con todos, ¡nos subieron muy amablemente! ¡Resultó que una de las parejas era española!

Al llegar allá, el conductor nos propuso llevarnos hasta la isla pero rechazamos la (increíble) propuesta ya que habíamos quedado en Colchani con el resto del grupo.

Disfrutando del pueblo, de la gente (que tardó poco en ofrecernos un lugar donde acampar), de los niños del lugar y de un mate que aún estaba caliente en mi mochila, esperamos más de 5 horas.

Allí no venía nadie. Íbamos a ver el atardecer cuando decidimos preguntar a uno de los jeeps si, por casualidad, habían visto a un grupo de 4 personas. Los habían visto, en la entrada del salar, a unos 5 kilómetros de allí. No entendíamos mucho, porque no era lo que habíamos acordado, pero nos pusimos a caminar en dirección a la entrada. A medio camino, y cuando ya anochecía, nos acercó un coche hasta la entrada. Llegamos de noche, hacía frío y allí no había nada, ni nadie.

Retrocedimos unos 700 metros hasta unos hoteles de sal, donde había uno a medio construir, y era probable que nuestros amigos estuviesen acampando. Allí no estaban, preguntamos en los hoteles y nada. Decidimos volver a Colchani, porque quizás ellos habían tomado la misma decisión. Ya de noche, paramos a un autobús y contándoles nuestra historia unieron hilos. Nuestros amigos estaban en el salar, más o menos a un kilómetro, pero de noche no los podríamos encontrar. Además, con el frío, era peligroso. Agradecidos nos bajamos del autobús y nos dispusimos a acomodar el que sería nuestro hotel de sal esa noche. Por suerte teníamos una tienda de campaña, cuatro paredes y un techo, madera para hacer una hoguera, algo de comida para cocinar y un cielo increíblemente estrellado ¡no estábamos tan mal!

Durante la noche pasamos frío, pero resistimos y al día siguiente fuimos a buscar a nuestros amigos que nos hacían ya en la isla. Habían pasado por Colchani y al no vernos habían seguido camino. Desafortunadamente, creo que ellos no tuvieron tanta suerte con el reparto de la comida y del lugar para acampar, pero también pasaron la noche y estaban dispuestos a seguir con el plan de la isla.

LLEGADA A LA ISLA INCAHUASI

A eso de la una el autobús pasaba por la entrada del salar y, ahora sí, nos recogía. En una hora llegábamos a la isla Incahuasi.

El paisaje es simplemente precioso. De esos que te quitan en aliento. De esos a los que no te acostumbras, tan opuesto a lo que escribía hace poco. La isla, cubierta por cactus, se encuentra en el centro del salar como si fuese un oasis. En contra a lo que creíamos, la isla no está desierta, hay un restaurante, una despensa donde venden cosas básicas, unos baños, una tienda de recuerdos y un refugio en el que puedes dormir por 30 bolivianos.

Con todas nuestras cosas, y sin pasar por caja donde te cobran 30 bolivianos, fuimos a la búsqueda de la cueva de la que me habían hablado. La isla es pequeña, y si caminas en el sentido de las agujas del reloj, la encuentras enseguida. Hay hueco suficiente para dos tiendas de campaña y, aunque estaba muy limpio, se percibe que ha pasado gente por ahí antes que tú.

Antes de poder asentarnos en nuestra nueva casa, apareció el señor de seguridad en un cuatriciclo pidiéndonos pasar por caja. Lo bueno de Bolivia es que todo es negociable y hablando con él, comprendió que teníamos un pesupuesto ajustado y nos hizo precio de bolivianos, cobrándonos 15 bolivianos en vez de 30.

 Sólo nos quedaba prepararnos para el frío. O no.

Y es que, amablemente, nos ofrecieron dormir en el refugio. A decir verdad, ya teníamos muy en mente eso de acampar en una cueva y disfrutar de las estrellas. Pasar frío todos juntos. Pero nos hicieron una oferta que no pudimos rechazar al dejarnos el refugio (3 colchones dentro de cuatro paredes y un techo) por 15 bolivianos. Supongo que no querían que muriésemos de frío, así que aceptamos.

La sensación de tener todo el tiempo del mundo en el salar, de ver cómo los turistas van y vienen, de hablar con los pocos lugareños y de ver cómo tras el atardecer todos se van y te quedas tú es, simplemente, impagable. Y, curiosamente, más barata.

VISITAR EL SALAR DE UYUNI SIN TOUR ORGANIZADO VS VISITARLO CON TOUR

Como punto en contra a visitar el salar de Uyuni sin tour organizado es que únicamente visitas el salar y la Isla Incahuasi, nada de las lagunas de colores, los volcanes u otros atractivos de la zona. Como puntos a favor, bajo mi punto de vista, todos los demás.

¿LLICA O UYUNI?

De la isla Incahuasi ¿vuelvo a Uyuni o me voy a Llica?

Llica es un pueblo sin mucho encanto, pero más auténtico que Uyuni, que está lleno de turistas. Si tu plan es ir hacia Oruro o la Paz, te recomendaría ir hacia Llica ya que ves algo nuevo. Sin embargo, si vas hacia Potosí o Sucre, logísticamente te conviene más volver a Uyuni.

Como dato, te diré que el autobús a Uyuni pasa de madrugada, mientras que a Llica tienes uno a las 14:00 y otro a las 18:00.

Espero que te sirva de ayuda y, ante la duda, ¡viaja por libre! (¡Siempre!)