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Mi primera experiencia en un Temazcal en México

- Gerardo el Mágico hace un Temazcal este domingo ¿te vienes?

Así, un día cualquiera en Bacalar, Pietro me soltó la oportunidad de tener mi primera experiencia en un Temazcal, y no pude rechazarla.

La primera vez que escuché sobre la experiencia en un Temazcal fue en la provincia de Córdoba, Argentina. Uno de los conductores que me llevaba a dedo hasta uno de los pueblecitos de la provincia me invitó a uno que se llevaba a cabo en pocas horas y, aunque sonaba tentador, era la primera vez que escuchaba algo así, no sabía si estaba preparada y él y su hijo no podían asistir porque tenían cosas que hacer.

Decidí que no era el momento y que si tenía que llegar, llegaría.

Dos años después, la oportunidad de tener mi primera experiencia en un Temazcal llegaba de nuevo. Y llegaba de la mano de Bacalar, de amigos y de un chamán de confianza. Esta vez no podía, ni quería, desaprovecharla. Para ser sinceras, ya me habían ofrecido la experiencia de un temazcal en algunos de los hostales del caribe mexicano pero, como hacerlo en forma de tour o turístico no era mi idea, los rechacé.

Sin duda, mi experiencia en un Temazcal ha sido una de las mejores experiencias de México, de este viaje y de mi vida. Por eso, no podía dejar de compartirla en el blog.

¿Os cuento?

experiencia en un temazcal

PREPARÁNDOME PARA LA EXPERIENCIA EN UN TEMAZCAL

Gerardo, el chamán que guiaría mi primera experiencia en un temazcal, vino a verme al bar donde estaba trabajando en Bacalar. Ya nos conocíamos, y dada mi ignorancia sobre todo lo relacionado con el rito de los temazcales, me gustaba la idea de que fuese él quien me introdujese en este tipo de experiencias.

- El temazcal es volver a entrar en el vientre de la madre tierra, es volver a nacer, es curar con fuego. Nosotros somos los cuatro elementos - me dijo- la tierra es nuestro cuerpo, el agua nuestra sangre, el aire nuestro aliento y el fuego nuestro espíritu, el único elemento que, como humanos, nos queda por dominar y controlar.-

Me miró de sus ojos oscuros a los míos. Pose mística, rasgos indios, fuerza en la mirada.

- Trae ropa cómoda. En general, la gente prefiere entrar en ropa de baño. Ayuna o desayuna ligero y no bebas alcohol el día anterior. También se recomienda no tener sexo. Bebe mucha agua, toda la que puedas. Nada está prohibido, tú decides, pero las abuelitas te castigarán más fuerte si no sigues estos consejos.

Y sonrió.

Yo tragué saliva.

Era mi primera experiencia en un temazcal y no sabía muy bien de qué iba todo eso de las abuelitas, el Temazcal y el volver a nacer. Sabía que era como una sauna extrema, una desintoxicación, un rito ancestral, un pequeño sacrificio... Pero no sabía qué quería decir con eso de que me castigarían.

Pero sí sabía que tenía muchas ganas de descubrirlo y que, para que no me castigasen fuerte, me portaría bien.




MI PRIMERA EXPERIENCIA EN UN TEMAZCAL

Desayuné ligero, cambié los horarios con mi compañera de trabajo y bebí mucha agua. A las 5, dos amigos y yo, marchábamos en dirección a Mahahual donde tendría lugar mi primera experiencia en un Temazcal. Imaginad si me porté bien y bebí mucha agua que tuve que parar, en mitad de la nada, del trayecto a Mahahual.

El Temazcal, la casita donde tendría lugar toda la experiencia, me pareció más pequeña de lo que esperaba pese a que me dijeron que era más grande de lo que acostumbraban. También me dijeron que, muchas veces, el ritual, toda la experiencia en un Temazcal, incluye desde buscar los materiales, las maderas, hojas y especias, hasta construir el propio temazcal.

Nosotros nos conformaríamos con preparar a las abuelitas y resistir al Temazcal.

Gerardo nos dio la bienvenida, nos presentó al fuego que calentaba ya las abuelitas y todas las especias que había recolectado. Las abuelitas sólo eran unas piedras grandes que se calentaban al fuego. Serían ellas las que, minutos después, nos proporcionarían todo el calor dentro del Temazcal. Sumamos las hojas de tabaco que habíamos comprado, tal y como nos pidió, al resto de hojas secas.

abuelitas experiencia en un temazcal

Nos ofreció cacao en grano y nos invitó a que comiésemos mucho. Tenía hambre, así que agradecí el sabor dulce y amargo del cacao.

Estaba emocionada.

Llegó una chica más, también amiga de Gerardo, y un chico se uniría cuando ya casi habíamos empezado. Sólo seríamos 5 y Gerardo y eso me gustó.

Tras una hora de comer cacao y de conocernos un poco más, a la hora del atardecer, comenzamos el ritual. Los mosquitos parecían comenzar a trabajar en nuestra paciencia. Gerardo habló a las abuelitas, les pidió por todos y, en orden, dimos alguna calada del tabaco que nosotros habíamos traído dando una intención internamente al temazcal.

Era el momento de pensar porqué estábamos llevando a cabo esta experiencia y pensar sobre ello.

Después, uno a uno, nos sahumó con copal (una especie de resina con un olor muy característico asociada a la purificación de un lugar o persona).

Fui la primera en entrar, de rodillas y pidiendo permiso, al Temazcal. En sentido a las agujas del reloj, en torno a lo que parecía una hoguera extinguida, elegí un asiento y me senté. Aunque estaba oscuro era posible ver y en seguida mis ojos se acostumbraron a la oscuridad. Uno a uno todos fueron entrando y se fueron sentando.

Cuando el chamán entró, pidió a su ayudante que permanecía afuera que cerrase la puerta con una manta gorda.

La oscuridad nos inundó.

VIVIENDO MI PRIMERA EXPERIENCIA EN UN TEMAZCAL

Hacía calor y todavía no habían entrado las abuelitas. Siempre me sorprende lo valiente que es la ignorancia, creo que de haber sabido el calor que iba a pasar en las siguientes horas, no lo hubiese soportado.

El chamán nos dio la bienvenida en una completa oscuridad y nos pidió que uno a uno nos presentásemos al resto. No me gustó ser la primera porque no sabía muy bien qué se esperaba de esa presentación, pero aún así me presenté como creí conveniente. Una vez lo hicimos cada uno, nos pidió, de nuevo uno a uno, que hablásemos a las abuelitas y les dijesemos porqué estábamos aquí. De nuevo, siendo la primera y sin entender todavía todo el concepto de las abuelitas y de lo que me esperaba, balbuceé algunas razones que, después de escuchar a los demás y de haber vivido la experiencia, hoy cambiarían totalmente. Imagino que son cosas que pasan cuando es tu primera experiencia en un Temazcal y no sabes muy bien qué esperar al respecto.

Una vez presentados, el chamán pidió que entrasen las abuelitas. Comenzábamos con lo que sería la primera puerta.




ABUELITAS, PUERTAS Y CALOR

El águila de fuego, en nuestro caso fue el propio chamán, es quien introduce las abuelitas en el temazcal y quien las coloca en la fogata del centro. Tanto la otra chica como yo fuimos las encargadas de marcar cada abuelita que entraba: yo con una espiral, ella con una cruz. Marcarlas suponía levantarse, acercarse al calor, agacharse, mantenerse cerca de la fuente de calor, volver a levantarse y volver a su sitio.

Después me enteraría de que cada vez que la manta se levantaba para recibir nuevas abuelitas sería una puerta. Cada una con una intención, cada una con un fin y cada una con una suma de calor en el Temazcal. Algunas de ellas se dedicaba a un elemento.

A más puertas, más calor, más sacrificio, más limpieza. A más puertas, menos aire, más agobio, menos equilibrio.

Yo, por supuesto, no sabía nada de eso. No sabía que cada vez sería más esfuerzo, más difícil, porque todo estaba a oscuras, porque mi tensión bajaba, porque no paraba de sudar y poco a poco estaba más mareada.

No recuerdo con exactitud qué pasó allí adentro. No recuerdo el orden, ni lo dicho, lo pedido ni lo cantado. Recuerdo el calor, recuerdo que cantamos, que gritamos, que no paraba de sudar. Recuerdo escuchar con atención, tomarme en serio cada palabra y sentirme, por momentos, perdida.

Algo estúpida rodeada de un montón de cosas en las que no sabía si creía.

Recuerdo que cada vez que me levantaba notaba el charco de sudor que dejaba mi cuerpo en el asiento, recuerdo no tener aire para respirar. Me recuerdo gritando fuerte, tantas veces como él me lo pidió, y sentir como un fuego interior salía por mi garganta. Me recuerdo cansada y relajada después. Recuerdo el olor a diferentes hojas secas, a copal y tabaco. Al palo santo que guardaba en mi mano.

experiencia en un temazcal mexico

En algún momento nos habló del agua, y yo tenía tanta sed que quería beberme mi propio sudor. Nos habló del aire y sentía como éste ardía al entrar por mi nariz. Nos habló del amor y recuerdo cómo me pedía una y otra vez a mí misma que fuese fuerte. Mandaba ánimos internamente a mis compañeros, algunos de ellos sufriendo tanto o más que yo desperdigados por el suelo de arena. Yo todavía sobre el asiento, mi cabeza entre mis manos, sudor goteando por cada esquina de mi cuerpo, el poder en mi mente a pesar de verme tan débil.

Me recuerdo caminar a gatas a marcar unas piedras en las que ya ni acertaba. Poco me importaba ya la forma que tendría mi espiral, porque lo importante era no desplomarme (literalmente) sobre ellas.

Y, mientras intentaba controlar mi mente y decirme que todo estaba bajo control y que podía con todo, tuve frío. Empecé a tiritar. Pensé, ilusamente, ignorantemente, que había conseguido controlar el calor y  con ello mi mente, sin ser consciente que, en realidad, lo que ocurría era que es la respuesta del cuerpo cuando algo no va bien, algo parecido a la fiebre.

TIERRA, AGUA, AIRE Y FUEGO

Y llegaba a su fin cuando creía que ya no podía resistir. El chamán salió y nos dejó a solas hasta que cada uno sintiese el momento en el que debía salir. No tardé demasiado y, a gatas, rebozándome en la tierra salí y sentí el aire entrar en mis pulmones.

Nos miraba una luna llena, blanca y hermosa. Bebí un agua que antes me había parecido tan caliente y ahora sabía tan fresca.

Y cuando ya todos estábamos afuera, juntos, nos fuimos a dar un baño en el mar. Ese mar, esas olas y esa luna, (y ese sargazo), que nos recibía para limpiarnos después de ese parto.

LO QUE VINO DESPUÉS DE MI EXPERIENCIA EN UN TEMAZCAL

No quiero pasarme de mística, porque, y para ser sincera, todavía no sé muy bien qué es lo que creo, pero sí que noté ciertos cambios en mí tras esta primera experiencia en un Temazcal.

Inmediatamente después, me sentí más fuerte y más plena. Me sentí feliz ¡y hambrienta!

Pero hubo dos cambios más lentos, y más objetivos, que me sorprendieron mucho más.

Sin pensar en ello, ni porponérmelo, durante unos días dejé de beber. Ni siquiera una cerveza, tampoco ningún tipo de soda. Y es de remarcar, sobre todo, porque trabajaba en un bar.

Lo siguiente, y más sorprendente, que se ha alargado más en el tiempo, es que se me fue el apetito por la carne. Nunca quise ser vegetariana, aunque sí me interesé varias veces por reducir la cantidad de carne (casi siempre con poco éxito). Después de mi primera vez en un Temazcal no ha vuelto a apetecerme comer carne. Admito que he comido algunas veces, cuando no he tenido otra opción, pero por convicción, porque creo que la libertad también es eso... ser flexible.

No he vuelto a repetir mi experiencia en un Temazcal, aunque tengo ganas. La vez que tuve oportunidad fue justo tras una semana y no sentí la necesidad ni las ganas. Después, simplemente, no se ha dado la oportunidad y no la he buscado. Pero sin duda es algo, que si tienes la oportunidad y sientes buena vibra con tu chamán y tu grupo, te invitaría a hacerlo.

¿Y tú? ¿has tenido una experiencia en un Temazcal?




2018-08-07T15:54:33+01:00

About the Author:

¡Hola! Soy Patricia. Viajo sola desde 2014, cuando cargando mil miedos en mi mochila dejé mi trabajo en una farmacéutica y me marché al Sudeste asiático sin billete de vuelta. Ya he recorrido sola 4 continentes. Enamorada de viajar sola, lento y a dedo, y luchando por sentirme cada vez más libre, ahora me dedico a animar a otras mujeres a hacer lo mismo siendo cabeza y manos del blog Dejarlo Todo e Irse.

3 Comments

  1. Anónimo at 05:18 - Reply

    Wow!!yo quiero

  2. Anónimo at 03:43 - Reply

    Ometeotl!

  3. Eri at 22:31 - Reply

    Sigo esperando que llegue mi momento para hacerlo. Gracias por transcribir todo eso que te deja esta técnica ancestral sagrada.
    Soy tu fan Patri

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