Sólo los buenos viajeros llegan a visitar Catamarca me dijo el dueño de un hostal en Fiambalá. Y a pesar de que no me cayó muy bien y que eso de buenos y malos viajeros no me gustó, estuve en cierto modo de acuerdo con él.  Catamarca no es muy conocido y todavía no entiendo porqué.

Llegué a Belén, en Catamarca, por casualidad. Recorría la ruta 40 de Argentina a dedo como lo hacen muchos mochileros y caí ahí. Era una parada técnica. El pueblo no me dio una muy buena primera impresión, no había escuchado nada que hubiese imprescindible para visitar  por allí e iba dirección al noroeste de Argentina, un destino muy reconocido y valorado por todos los viajeros y los argentinos. Dormiría allí y, al día siguiente, retomaría la ruta.

No sabía todavía que, finalmente, pasaría más de una semana en Catamarca ( y con poco presupuesto...)

Llegué a un pequeño hostal tipo Bed and Breakfast llevado por un cordobés argentino y una suiza. El hostal era nuevo, me gustó el ambiente y aunque no tenía cocina me propusieron cenar con ellos por un buen precio. Nos entendimos bien. Tras pocas frases y contarle mis planes me empezó a convencer.

Catamarca es la gran desconocida de Argentina. Es increíble, extensa e inexplorada. No puedes irte sin visitar nada. Te arrepentirás. Tienes la puna, unas ruinas parecidas a Machu Pichu, termas naturales, desierto y montaña. ¿Estás segura que te marchas mañana? 

Ya no lo estaba.

Hazme caso, al menos, visita El Shincal. Está aquí al lado, y ya mañana, hablamos.

Salí a descubrir Belén, y me sorprendió el pueblecito. Me sentí cómoda y era más atractivo que lo que desde la carretera aparentaba.

1ª RAZÓN PARA VISITAR CATAMARCA: EL SHINCAL

Decidí hacerle caso. No había oído nada de esas ruinas, no salía en mi libro ni nadie me había hablado de ello. No he estado todavía en Machu Pichu y compararlo con aquello me parecía excesivo. Pero no vaya a ser que, en realidad, me pierda algo grande. Retrocedí a dedo los kilómetros que separan Belén de Londres y caminé los seis que llevaban a las ruinas con una pequeña ayuda de un agricultor que iba a su campo. Hacía calor, pero el camino era recto y llano. A las ruinas sólo se entraba con guía y aunque eso me decepcionó un poco, hice tiempo hasta la siguiente visita. Me llegué hasta el río, me bebí un mate tranquila y me convencí de que eso no parecía tan increíble. Un río normal, lleno de paz, pero nada más. Este cordobés me ha chamullado. 

Las ruinas del Shincal, aunque pequeñas, bajo las indicaciones de Clau, me enamoraron. El enclave era simplemente increíble. Pude hacerme una pequeña idea de lo que será Machu Pichu. Se notaban restauradas, pero las vistas desde la montaña de la luna me parecieron preciosas. Quizás ese cordobés no me había chamullado tanto como pensaba.

Volví al hostal encantada queriendo saber más cosas para visitar en Catamarca.

2ª RAZÓN PARA VISITAR CATAMARCA: RESERVA DE BIOSFERA LAGUNA BLANCA Y LA PUNA SECA

Me habló de Laguna Blanca, de las comunidades diaguitas y de la celebración de la Pacha Mama que tenía lugar allí los próximos días. Pensé que era más que un buen plan y me animé a hacerlo. A la mañana siguiente y aprovechando una excursión familiar fui con ellos en coche hasta Puerto viejo, unos rocas con formas de barcos hundidos, cerca de Puerta de Corral Quemado.

Allí comenzó mi aventura. Aviso que si hubiese sabido lo poco transitada que estaba esa carretera no sé si hubiese intentado hacer dedo hasta Laguna Blanca. Pero es la ventaja de la ignorancia, que es muy atrevida. Allí coincidí con dos chicos locales que también iban dirección a Laguna Blanca*. Allí no pasaba nadie hasta que un camión carbonero apareció en la ruta. Aunque iba hasta los topes, con cuatro pasajeros, y viendo el panorama, nos paró y nos invitó a subir. A mis dos compañeros al techo y a mí, entre sus trabajadores, me hizo un hueco en la cabina.

Ya sólo el camino mereció la pena. Pequeños pueblos, subida constante, vicuñas salvajes y montañas infinitas de arena. Una aventura de más de 9 horas en un camión que parecía no avanzar.

Laguna blanca es un pequeño pueblo aislado de todo, con gente maravillosa, gran parte de ellos de la comunidad aborigen Diaguita, y muy auténtico a los pies de una "laguna" que cuando yo estuve allí estaba totalmente seca pero se observaba como un fino manto de color blanco. Tuve la suerte de conocer a Jesús y su familia daiguita (poder alajarme en su casa) y asistir a la Corpachada de la Pachamama (de la que hice un Fotorreportaje).

Según la época en la que visites Laguna Blanca, quizás tienes la suerte de asistir al Chaku, el encierro de las vicuñas silvestres en el que obtienen su lana.

*He intentado saber los kilómetros que separa Puerta de Corral Quemado y Laguna Blanca, pero Google Maps no reconoce la ruta (creo que con eso digo todo) y yo no lo recuerdo.

3ª RAZÓN PARA VISITAR CATAMARCA: EL PEÑÓN, LOS CAMPOS DE PIEDRA PÓMEZ Y EL VOLCÁN GALÁN

En la celebración de la Pachamama conocí a dos chicas porteñas que estaban de viaje con su coche y automáticamente me invitaron a ver el resto de Catamarca con ellas. Nos entendimos bien y, visto los problemas que tendría con el dedo, acepté rápidamente su invitación.

El Focus de Ine y Aline que "se bancó" toda la "ruta"

Juntas fuimos hasta El Peñón, un pequeño y humilde pueblo de adobe cercano a los campos de Piedra Pómez, una (si no la mayor) de las atracciones por la que la gente se lanza a visitar Catamarca. Es un extenso terreno de piedra volcánica pómez que sólamente puede ser recorrida en 4x4, con guía autorizado y ronda los 100 dólares por jeep. Un precio, a mi parecer, bastante elevado para una excursión de unas cuatro horas, pero todo el mundo dice que merecen la pena. Yo no llegué a visitarlo por problemas de presupuesto, pero la zona, rodeada de volcanes, es también increíble.

Esa "laguna" blanca son los campos de piedra Pómez

Desde allí puedes visitar la caldera del volcán Galán, la más grande del mundo, pero también es para presupuestos más holgados.

Si buscas alojarte en el Peñón te recomiendo preguntar a los locales (los hoteles y pensiones están carísimos). Pregunta particularmente por Abel y mándale un gran abrazo de mi parte (si todavía me recuerda...).

4ª RAZÓN PARA VISITAR CATAMARCA: ANTOFAGASTA DE LA SIERRA Y EL CAMINO PARA LLEGAR HASTA ALLÁ

El camino hasta Antofagasta de la Sierra es largo e incómodo. Las carreteras están en bastante mal estado, sufres de mal altura y hay un alto porcentaje de ripio.

Sin embargo, las vicuñas, los volcanes y los colores hacen que todo esto valga la pena. Admito que parte de mis mejores recuerdos de Catamarca se limitan al disfrutar del paseo en coche.

Antofagasta de la Sierra es el último pueblo antes de la frontera con Chile, parece que esté en mitad de la nada y, realmente, lo está. Sin embargo, y pese a lo que pudiese parecer, tiene más movimiento (y comercio) que el Peñón. ¡No dejes de visitar el museo del Hombre!

Invitadas por un grupo de hombres de Junín, recorrimos uno de sus mayores puntos de interés: los pretroglifos hallados en las Piedras Coloradas que tienen miles de años.

¿Ves el extraterrestre? ¿te parece tan inquietante como a mí?

5ª RAZÓN PARA VISITAR CATAMARCA: FIAMBALÁ, LA RUTA DEL ADOBE Y AGUAS TERMALES

Dando un buen (y largo) paseo de vuelta en coche, llegamos hasta Fiambalá. Un pueblo bonito, relajado y turístico. Conocido, sobretodo, por sus aguas termales y sus casas de adobe.

Pero si algo me gustó particularmente de Fiambalá fueron sus alrededores, pudiendo en un mismo día pasar de la fría cordillera al calor del desierto.

 6ª RAZÓN PARA VISITAR CATAMARCA: DUNAS DE TATÓN

A unos 24 kilómetros de Fiambalá se encuentran las dunas de Tatón, gigantescas montañas de arena para hacer sandboard, caminar o dedicarte a fotografiarlas. Como dato, decir que ¡figuran entre las más altas de Sudamérica! Un gran contraste con la razón número 7 para visitar Catamarca. Es probable que algo de esto te suene si eres fan del Dakar, siendo éste uno de los pasos favoritos de los seguidores.

7ª RAZÓN PARA VISITAR CATAMARCA: PASO SAN FRANCISCO

Una carretera preciosa, sorprendente y desierta para disfrutar conduciendo. La ruta de los seismiles entre los volcanes más altos de la tierra. Paisajes que te dejarán con la boca abierta. Una mezcla de grises, blancos y amarillos que no habrás visto nunca antes, vicuñas en libertad, montañas, lagos  y volcanes ¿se puede pedir más?

Pues sí, que la policía fronteriza nos hubiese dejado acercarnos un poco más (el paso estaba cerrado), pero poco se puede hacer contra la autoridad...

Cuidado con el viento y el frío, la temperatura del coche engaña y si te despistas, las rachas de viento pueden llegar a arrancar puertas de los coches, así que ¡cuidadito!

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