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Volando a Brasil sin billete de vuelta

Y, de pronto, te encuentras volando a Brasil sin billete de vuelta. Has dicho adiós, comienzan los nervios, la alegría, los miedos. Ese nudo en el estómago que apenas te deja pensar. ¿Estaré haciendo lo correcto? El Sudeste asiático fue una gran experiencia ¿lo será Sudamérica? La fiebre amarilla, la enormidad de Río de Janeiro y el billete de vuelta que te piden para entrar a Brasil ¿y si vuelo a Brasil sin billete de vuelta? ¿¿Me pasará algo? ¿no me dejarán entrar?

Ey, poquito a poco ¿no?

 

 

La vacuna de la fiebre amarilla ¿Sí o no?

No me gustan las agujas. Me dan pánico (¿parezco una niña chica?). Y empecé a buscar excusas para no ponérmela. Sólo hay ciertas zonas, no me pasará nada, son 18 euros y... ¡ya no tengo tiempo!

Pero seguí leyendo. No tiene cura y hay países que pueden poner pegas para entrar si vienes de determinados países... Al fin y al cabo, sólo era un pinchazo ¿no?

Fui al centro de vacunación intencional de Pamplona para enterarme un poquito. Y me fui con el pinchazo puesto. 18 euros, unos días con algo parecido a una gripe... ¡y protegida para toda la vida! No había sido tan malo.

¿Y el hostal? ¿ En qué zona?

Siempre me pasa con las grandes ciudades. Son tan...grandes, que no sé por dónde empezar. ¿Dónde elijo el hostal en Río? ¿será seguro? ¿y si se me hace grande?

Se me hará grande, eso seguro. Me gusta reservar las primeras noches de hostal, aunque sólo sean esas noches. Saber a dónde ir después de un viaje largo, darme una ducha y descansar. (Yo, normalmente, lo hago por aquí). Elegí Botafogo, más seguro que Lapa, más turístico y un poco en medio de todo. Me gustó la elección.

Rio de janeiro

Brasil sin billete de vuelta ¿me pondrán pegas?

Para entrar a Brasil no necesitas visado, pero sí un billete de vuelta que te saque del país y dinero suficiente para los 3 meses que te ofrecen de visado. O al menos eso dice el consulado. Pero si quiero volar a Brasil sin billete de vuelta ¿no puedo? Pues no.

Para entrar a Brasil necesitas comprobar que saldrás del país.

Podía comprar un billete a España flexible, y cambiarlo cuando fuese necesario, comprar un billete con posibilidad de cancelarlo después, comprar un billete de autobús a otro país o... ¡nada de eso! Decidí mirar un autobús hasta Montevideo, seguir todos los pasos de la reserva hasta el final y hacer una impresión de pantalla. Si me lo pedían, cosa que dudaba, lo enseñaría. Si me decían que no era válido intentaría argumentar que mi intención es salir del país para visitar el resto de Sudamérica y si me pusiesen más pegas, compraría ese billete por internet en ese momento.

En el aeropuerto de Bilbao me preguntaron si tenía billete de vuelta. Contesté con un sí rotundo que saldría del país vía Uruguay con un autobús. No me hicieron enseñar nada, así que fue bastante sencillo.

Cuando llegaba al control de aduanas de Brasil sin billete de vuelta el pulso me iba a mil. Mientras me imaginaba deportada de nuevo a España tras 40 horas de viaje, pasé el control. Solamente me pidieron el pasaporte. Fue muy rápido. Mucho más de lo que esperaba. Estaba en Río de Janeiro, en Brasil sin billete de vuelta, y no estaba sola.

rio desde el aire

 

 

Del aeropuerto de Río de Janeiro a Botafogo

Las vistas desde el avión me sorprendieron. Brasil era de un verde intenso que me dio ganas de comenzar a pisarlo. El verde se convirtió en una alfombra infinita de edificios semiderruidos. Surcábamos las favelas del norte de Río de Janeiro, y las vistas eran sorprendentes.

En el vuelo conocí a una chica sueca muy maja que iba como yo. Nos caímos bien bastante rápido y decidimos tomar juntas el autobús. No íbamos a la misma zona, pero el autobús 2018 pasaba por las dos.

El tráfico de Río me golpeó en la cara. El vuelo de Frankfurt se había retrasado, llevaba muchísimas horas de viaje que incluían haber dormido en el aeropuerto de Bilbao, y no podía más. Quería llegar. Pero el tráfico no me lo iba a poner fácil.

Escala en frankfurt

Foto de mi escala en Frankfurt en la que casi pierdo tres dedos por el frío

La buena noticia era que el autobús me ofrecía una panorámica perfecta y segura de Río. Las vistas me asustaron. Río no me parecía una ciudad segura, y me asustaba pensar el momento en el que mi nueva amiga sueca me dejase sola en el autobús y tuviese que recorrer mi tramo sola. Pero los miedos en los viajes están para enfrentarse a ellos. Y después de una hora de trayecto me quedé sola.

No estaba tan mal.

Nadie me avisó de que era mi parada, pero iba atenta a un mapa que conseguí en el aeropuerto y pregunté a tiempo. Bajar del autobús con mi mochila me dio vértigo, ese vértigo que tanto disfruto. No sabía exactamente donde estaba la calle que tenía que tomar, todo me parecía muy grande, pero sabía que no estaba muy lejos.

Bien atenta a mi mochila, al mapa y a todos los detalles de la calle llegué a destino. No había sido tan difícil...pero me temblaban las piernas.

Lo había conseguido. Había llegado. Estaba en Río de Janeiro, en Brasil, y sin billete de vuelta.

brasil sin billete de vuelta

2017-03-28T14:13:23+01:00

About the Author:

¡Hola! Soy Patricia. Viajo sola desde 2014, cuando cargando mil miedos en mi mochila dejé mi trabajo en una farmacéutica y me marché al Sudeste asiático sin billete de vuelta. Ya he recorrido sola 4 continentes. Enamorada de viajar sola, lento y a dedo, y luchando por sentirme cada vez más libre, ahora me dedico a animar a otras mujeres a hacer lo mismo siendo cabeza y manos del blog Dejarlo Todo e Irse.

4 Comments

  1. claudia at 20:05 - Reply

    Patricia, me puedes recomendar desde dónde mirar los billetes de autobús de brasil a uruguay? Mil gracias por compartir tu experiencia!

  2. Andrés at 01:37 - Reply

    Brava! Ahora, a comértelo! 🙂

  3. Annya at 14:48 - Reply

    Es re complicado y el miedo que se vive. Sobre todo para entrar a un país que no conocés. Cuando yo vine a España me pasó lo mismo, tenía pánico de que no me dejaran entrar. Me pedían las mismas cosas que te pedían a vos para entrar a Brasil, el pasaje de vuelta y dinero que acredite que podés mantenerte mientras estés en el lugar "visitado". Aún hoy cada vez que piso un aeropuerto tiemblo, porque si te dicen que no, no sólo estás perdiendo un billete de vuelo con lo que cuestan, sino que para mí lo peor es que se destroza la ilusión de viajar, la sensación horrible de estar a las puertas de algo nuevo y quedarte ahí.
    Por suerte no es el caso!!! Así que ahora a seguir disfrutando y contándonos tus aventuras!!
    Un abrazo!! Ahh si vas a Uruguay, tenés que ir a Rocha, está en el límite con Brasil. Valizas, Cabo Polonio... paraíso...
    Saludos!!

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