Che ¿te cebás un mate?

¿No te dijeron nunca en casa que los mates no se piden?

No seas vago, che.

Dale, pongo la pava a calentar.

Charly García suena de fondo cuando la tetera comienza a silbar. Hace viento afuera, estoy sentada en el suelo de una habitación ligeramente iluminada y me siento relajada. Es el momento perfecto para matear, y disfrutar, por qué no, de lo que llamo el ritual del mate.

Che, el agua ya está caliente ¿nos querés enamorar? ¿Preparaste la yerba? No le pongás azúcar como la última vez, me gusta el mate bien amargo.

Boludo, creí que querías que cebe yo ¿me dejás?

Como en un ritual, saca la yerba, echa un poquito y después un chorrito de agua bien caliente. Coloca, ahora sí, bien e inamovible, la bombilla y la cubre con otro montón de yerba dejando un pequeño espacio donde irá el agua. Con cuidado, echa un poquito del agua, ya en termo, en la parte cercana a la bombilla. En frente, la yerba continúa seca. Y el cebador chupando la bombilla da un sorbo al mate del sonso, todavía demasiado fuerte, demasiado intenso. Comienza la ronda sirviendo hacia su derecha al otro amigo que todavía no había intervenido. Todo un ritual del mate.

Che, este mate está en sus últimas

El mate es como las botas, las más lindas son las rotas.

Esa es la excusa de quien tiene salud pero camina sin yerba.

Dejad de hablar en gauchesque que la gallega no va a enterarse de nada. Ya bastante hace la pobre con intentar no quemarse la lengua.

Supongo que esta última frase la inventó mi mente, siendo consciente de que entendía menos que a medias la conversación que se daba alrededor del mate en aquella habitación. Me llegó el mate, que agarré con las dos manos, siguiendo el ritual del mate, teniendo cuidado de no inclinarlo demasiado para no mojar la yerba seca, de no alargarme demasiado a pesar del agua caliente y que acabé con un buen sorbo haciendo sonar las últimas gotas y olvidando todas las clases de comportamiento que me enseñaron en casa a la hora de utilizar una pajita. Y como marcan las normas, devolví el mate al cebador, comiéndome el gracias que tan bien me enseñaron de pequeña, que siguió con su ritual.

Salimos el sábado y amanecimos en lo de la Sofi, bebiendo Fernet, fumando unos puchos y protestando  sobre la economía del orto que se acerca y la devaluación del peso. La noche no acabó como quería, chavón. Calenté el agua para que otro se tomase el mate. Ya sabes, la...

Che, que no es un micrófono. Tomá y devolvéme el mate.

Aspiró e hizo sonar el mate. El que había sido el segundo en beber se levantó y se puso la chaqueta.

Abrigáte bien, que hace frío allá afuera. Y tomá, no te quedes rengo.

El cebador le pasó el mate, quien ya bien tapado se tomó su segundo mate y se marchó. A ritmo del mate entre las manos sonaba Aristimuño de fondo. Comenzaba a sentirme llena de tanto líquido, a tener ganas de ir al baño y el hambre se despertaba en mi estómago. La Rayuela de Cortázar me miraba desde el sofá, todavía sin abrir. Comenzó a llover ahí fuera.

Habiendo mate y cueva, dejale que llueva y ,che, no me puentees.

Y seguimos hablando, durante horas. Sin más entretenimiento que nosotros mismos, la lluvia y unos mates.

EL RITUAL DEL MATE (EXPLICADO PARA NO MATEROS)

Tomar mate es una costumbre muy extendida en Argentina y Uruguay que puede hacerse a cualquier hora del día, en solitario o en compañía. Como española, me ha encantado la tranquilidad que genera, la intimidad y la sociabilidad. Tomar un mate con alguien es sinónimo de compartir un momento y una charla. Un momento perfecto para saber más de quien tienes delante. Pero como toda tradición, tiene su arte, sus reglas y sus rituales...no siempre lógicos para alguien que lo vive desde afuera.

¿Quieres iniciarte en el ritual del mate pero no tienes ni idea de cómo va? ¿No sabías que beber mate tiene todo un ritual y ahora temes que todos los argentinos que has conocido de viaje odien internamente beber mate contigo?

Lee las reglas del ritual del mate… y sal de dudas.

Una persona será la encargada de colocar el mate y la bombilla y echar agua para cada persona que quiera tomar mate. Es el cebador y la acción de prepararlo se llama cebar. Cada persona tiene una forma de colocar el mate y echar el agua. Para cada uno, por supuesto, la suya es la mejor.

El agua no puede echarse hirviendo a la yerba pues la quema. Esta es una verdad universal que todo el mundo da por buena. Algo que va para un debate infinito es si el agua que ha alcanzado ebullición puede ser utilizada o no una vez dejas bajar la temperatura. Aquí lo prometo, con esta pregunta se crea un debate serio.

Se dice que si la que ceba el mate (es algo que se relaciona a las mujeres) te lo da muy caliente o muy dulce busca enamorarte.

No puedes tocar la bombilla. En caso de hacerlo sólo puede hacerlo quien ceba. En Argentina casi nunca se toca, sin embargo, en Uruguay, lo marean como locos (sólo quien ceba) cambiando la yerba mojada por la seca.

El cebador es, normalmemte, quien toma el primer mate. Es un mate muy intenso.

La dirección del mate es hacia la derecha. No puedes saltar turnos, ni pedirlo si no te corresponde, y una vez bebido se devuelve a quien ceba.

Decir gracias tras beber es como decir que ya no quieres más en  la siguiente ronda. Cuando estés saciada, di gracias y el cebador no te ofrecerá en la siguiente ronda.

El mate no se retiene. Se bebe cuando llega y se devuelve, no se habla mucho con él en la mano. De ahí el dicho de que el mate no es un micrófono.

Puentear o saltarse a alguien en el ofrecimiento es visto como una falta de respeto o desmerecimiento.

Si decides cebar un mate te comprometes a cierto rigor y tiempo cebando. Nada de cebar tres mates y olvidarte de tu tarea.

La bombilla no se limpia entre mate y mate. Tampoco se dice que es algo poco higiénico. O "juegas o no juegas", aunque si estás resfriado lo normal es comentarlo y rechazar el mate.

¿Azúcar sí o no? Se cree que el mate auténtico es sin azúcar, aunque en ciertas regiones como Corrientes se bebe dulce o incluso con zumo. Digamos que va a gustos, aunque el fundamentalista te dirá que se toma amargo.

¿Quieres hacer tu propio ritual del mate?

Este mes ha sido increíble para el blog. Más de 40000 visitas, ya somos más de 2000 en Facebook, y mas de 500 suscritos. Muchos mensajes de gente (muchas mujeres, pero también muchos hombres) diciéndome que se lanzan a la aventura (a los que no siempre puedo responder ¡lo siento!). Que viajarán sol@s, que lo dejan todo.

Y estoy muy contenta.

Siempre pienso que me gustaría acercaros un poquito más todo lo que estoy viviendo y siempre siento que me quedo corta. Así que me lancé a escribir este artículo, que es un resumen concentrado de muchos mates bebidos en compañía, un resumen de eso que sólo se vive en persona, en la piel de una. Me lancé a comprar un mate y una bombilla, comparé precios en Packlink para un envío desde Montevideo (y aunque cruzar el charco sale caro...) me lanzo a llevar a cabo el concurso. Porque quiero que al menos una de vosotras pueda hacer su propio ritual del mate.

¿Qué hay que hacer?

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