Poner mis pensamientos por escrito en el blog me ayudó. Siempre lo ha hecho y, aunque a veces lo olvide, siempre lo hace. Llevaba tiempo dudándome, preguntándome y pensando en echar el cerrojo. Sin embargo, escribirlo, me hizo no tener más dudas. Así que hoy escribo una declaración de intenciones. Porque no quiero hacerlo. No quiero callarme, autocensurarme o ceder a unas modas que, siento, no terminan de ir conmigo. No, no quiero hacerlo (más).

En estos años, a veces he sentido la obligación de publicar, de saberlo todo sobre un lugar, de tener que dar consejos o recomendaciones, de no permitirme fallar. Todo tan lejos de mi realidad. No creo que haya caminos rectos, respuestas certeras ni lugares imperdibles. Creo más bien que el lugar lo hace el momento y que promocionarlo rompe gran parte del encanto que te atrapa en ese instante. Lo sé, escribir un blog parece incoherente con esto y será por eso que, a ratos, me he visto tan lejos de este proyecto que empecé con tanto cariño.

Pero ya vuelvo.

Vuelvo porque no concibo viajar sin escribir, sin publicar ni compartir. Vuelvo porque es mi espacio y puedo hacer con él lo que quiera. Lo sentí cuando publiqué el último artículo, me lo he repetido durante este último mes y ahora me reafirmo con esta declaración de intenciones. Gracias Paloma, Telma, Irene, Blanca, Claudia, Cristina, Ainhoa, Gabriel, Luciano, Araceli, Eli, Titli, Izaskun, Nuria, Naty, Raquel, Victor, Juan... Y a todas aquellas personas que, con el artículo anterior, me recordaron que hay gente que todavía está ahí. Gente que lee, que no busca consejos sino historias, sensaciones y emociones. Gente a la que le interesa la persona que está detrás de la historia. (No voy a edulcorar la realidad, también me demostró cuánta gente no lee un texto al completo..., pero bueno, hoy no quiero hablar de eso).

Así que me he propuesto volver a dónde empecé. Un espacio para mí, en el que ser yo, en el que contar sin pretender convencer, vender o aconsejar. Un espacio que no sea un trabajo no pagado sino un lugar donde soltar. Y si no te gusta te vas. ¿Obligaciones? ¿Autocensura? ¿para qué? ¿Por qué?

También he decidido dejar de generar contenido en las redes. Las reflexiones y pensamientos vendrán aquí, en mi espacio, mi trinchera, mi mundo. Publicaré alguna foto para avisar que tengo cosas que decir, tampoco la cosa es desaparecer, pero hablaré aquí, quizás con esto se apacigüen las dudas que me provocan ...

Y sí, no son tiempos fáciles para las viajeras... Pero, a decir verdad, nunca lo fueron.

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