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Los recuerdos, el filtro del tiempo

A veces me pasa, que miro hacia atrás y me parecen vidas pasadas; momentos de otros, paisajes ajenos y experiencias alienas. Que cuento una historia y no me reconozco, como personaje ni protagonista, si no más bien como un extra. Que leo mis libretas y me sorprendo, no por lo que leo, si no por sentir en mi piel unos pensamientos que creía no sentir míos en esos momentos.

Miro mis fotos, y me parecen de otra; más bonitas, mejores rincones y más especiales, más únicas que cuando era yo misma quien las tomaba, quien las repasaba, horas después, en algún hostal, tomándome un té, mientras viajaba. A veces pienso, incluso, que me parecen más increíbles que cuando estaba allí mismo, viviendo y sintiendo. Y me pregunto porqué, de quién es la culpa, si de mi yo pasado o de mi yo presente, de las preguntas continuas y las autocensuras, del estar ausente o de la nostalgia, del miedo a olvidar esas historias que sentía tan mías y que, cada vez más, se me difuminan. Siento que se (me) volatilizan.

filtro del tiempo marruecos



Me pregunto si era todo tan hermoso y no era capaz de verlo o si, por el contrario, es el tiempo quien me hace sentirlo ahora todavía más bello. Será el filtro del tiempo, me digo, el haberlo convertido en recuerdos que casi nunca recuerdo y que, cuando lo hago, me rompen de emoción por dentro.

Y es que, hay veces, en algún momento inesperado en el que creo que no pienso, ni busco, ni recuerdo, con una mente en blanco alejada de todo sentimiento, que me asaltan ciertas sensaciones; un sonido, un olor, un tacto o una sensación extraña en la zona interna de mi cabeza, a la altura de mi frente. Me sobresaltan, entonces, como si fuesen alarmas; tan lejos, tan en casa y después de tanto tiempo.

Así, de repente, sin motivo aparente.

filtro del tiempo sancris

Y es curioso, porque son detalles a los que, creí, no presté demasiada atención. Los gritos repetidos, hasta el infinito y en eco, llamando a Oruro en una estación de Bolivia, el olor a chipá en Misiones, las baldosas, de forma geométrica y en diferentes marrones, de Marruecos, el olor a té dulce. Las horas de conversaciones, la lluvia en Ciudad de México y el frío en mi cuerpo, el dolor en los pies en Bilbao, esa cerveza y ese pincho, el tacto de la masa de pan al final del Camino. El sabor de unos besos que quedaron, ya, tan lejos; a kilómetros de historias, a años de luz y pasados de moda. El olor a carne cruda de aquel mercado en Can Tho, el agua fría en los pies de aquel glaciar de intenso azul celeste, el escozor en el trasero tras estar sentada durante horas en el salar, una conversación a la que no le di ningún valor, ese mezcal bebido sin ganas, una cerveza caliente.

catrina bacalar filtro del tiempo

Me pregunto por qué esos recuerdos que en su momento no me parecieron memorables, no compartí, no recordé, me vienen a mi mente, ahora, con un valor diferente. Será el filtro del tiempo, que los hace más bonitos y más especiales, ya pasados e irrecuperables, que los endulza ya por el hecho de verlos convertidos en recuerdos.

Y así escribo estas líneas,

rodeada de momentos que creía no recordar y que,

sin embargo,

recuerdo.

filtro del tiempo antigua

(Y no, no es la primera vez que hablo de recuerdos, del filtro del tiempo...)




 

2019-02-16T11:22:53+01:00

About the Author:

¡Hola! Soy Patricia. Viajo sola desde 2014, cuando cargando mil miedos en mi mochila dejé mi trabajo en una farmacéutica y me marché al Sudeste asiático sin billete de vuelta. Ya he recorrido sola 4 continentes. Enamorada de viajar sola, lento y a dedo, y luchando por sentirme cada vez más libre, ahora me dedico a animar a otras mujeres a hacer lo mismo siendo cabeza y manos del blog Dejarlo Todo e Irse.

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