ppp

Notas de viaje: Llueve en Rabat

Llueve en Rabat, y decido quedarme en casa de mi Couchsurfing hasta que escampe. Él no está, como uno de los buenos y confiados couchs, duerme en casa de su novia, y simplemente me ha dejado las llaves de su apartamento para estos tres días. Nos vamos viendo cuando sale de trabajar.

Llueve en Rabat, y me siento cómoda sin salir. Decido escribir.

Me gusta Rabat.

 

Es bonita, histórica y tranquila. Algo tiene esta ciudad que me hace sentirme relajada. Tiene el mar y la gente habla francés. Hay una mezcla curiosa (y algo medida) entre religión y libertad. A sus horas suena el Azhan, pero de forma más tímida, como si el porcentaje de mezquitas fuese menos que en otras ciudades. Es cosmopolita, pero con un toque de antigüedad. El velo se mezcla con los tirantes y con el cabello al viento. La tranquilidad y quietud con el movimiento.

Rabat antiguo

Mi primer paseo en Rabat fue a la luz de las farolas con Helios*, hablando de UNESCO, derechos y libertad. De qué significa ser no creyente en un país como éste. Concluir que aquí, en Rabat, hay respeto. Acabar contándome historias parecidas a las que viví estando en Banda Aceh de sus días en los que vivió en Meknes, y también hacía couchsurfing.

Me gusta Rabat.

El sonido de las cigüeñas en la Chellah, complejo romano y necrópolis, ahora sólo habitado por ellas y visitado por una bandada de curiosos turistas. El blanco se mezcla con el azul en la Kasbah, la tradición con la libertad del mar, y hay quienes agarran su tabla de surf y salen a danzar con las olas. El río divide dos ciudades que podría ser una sola, dándole un espacio que permite respirar. Y es que nadie diría que estamos en una capital.

Chellah rabat

En la Chellah hay más de 75 nidos de cigüeñas

 

Kasbah rabat

Vista del río y la Kasbah de Rabat

No hay muchísimo tráfico, pero se mantiene en consonancia con el resto del país, y para cruzar la carretera debes hacerlo con cuidado y por donde tengas espacio. Con suerte alguien se detiene en el paso de cebra y te cede el paso.  Recuerdo el sol que ayer me acariciaba la cara en las murallas fortificadas de la Kasbah. No poder contener las risas ante la actuación acrobática de un chico frente a mí para demostrarme que era, en verdad, acróbata y sus ganas de viajar a España.

fortaleza rabat

Conocer después a dos chicas e irnos juntas hasta el museo de Arte Contemporáneo, abierto hace apenas tres años. Ambas llevan el velo, por decisión propia, y ambas defienden el matriarcado del Corán. La mujer vale 4 veces lo que vale un hombre, me repiten. Entramos a ver la exposición Femmes, mujeres, donde se muestra el arte, no siempre valorado ni comprendido, de mujeres marroquíes. Y es que no es lo que le corresponde hacer a una mujer, y mucho menos casada, me dice Mouna, de 21 años, que al casarse tuvo que dejar de cantar. A quien le pena, no lo entiende, pero lo acepta. Pero ahora es más fácil, las mujeres también pueden hacer arte, me sonríe Fatima Zahra.  Supongo que si no están casadas, o, al menos, viven aquí, en Rabat, me digo.

Arte contemporáneo marruecos mujeres rabat

Arte contemporaneo rabat marruecos

Y me dejé llevar por ellas entre los contrastes de Rabat.

¿QUIERES ESTAR AL DÍA DE TODO? ¡SUSCRÍBETE!

Suscríbete ahora al blog

2017-03-13T20:07:40+01:00

About the Author:

¡Hola! Soy Patricia. Viajo sola desde 2014, cuando cargando mil miedos en mi mochila dejé mi trabajo en una farmacéutica y me marché al Sudeste asiático sin billete de vuelta. Ya he recorrido sola 4 continentes. Enamorada de viajar sola, lento y a dedo, y luchando por sentirme cada vez más libre, ahora me dedico a animar a otras mujeres a hacer lo mismo siendo cabeza y manos del blog Dejarlo Todo e Irse.

Si tienes algo que comentar... aquí tienes tu espacio

¡Suscríbete!

    Correo electrónico

    Recibirás un email en tu correo para confirmar la suscripción, si no lo recibes quizás esté en tu carpeta de Promociónes (de Gmail) o en SPAM :/ (¡Sácalo de ahí!)

    ×
    Share This
    A %d blogueros les gusta esto: