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Y tú, ¿a qué te dedicas?

Nunca hubiese imaginado que responder a la pregunta "¿a qué te dedicas?" pudiese ser tan complicado.... hasta que me metí en todo este lío.

Desde el día que decidí que dejaba mi trabajo en una farmacéutica para luchar por un sueño, supe que esto no sería un camino de rosas. Son efectos colaterales de elegir un proyecto de vida tan diferente al establecido.

Y es que antes de empezar con todo esto, nunca hubiese imaginado que responder a la pregunta "¿a qué te dedicas?" pudiese ser tan complicado. Y eso que era biotecnóloga. Porque, por muy claro que lo tengas, cuando empiezas a explicar que eres una blogger en ciernes, comienzan las preguntas y el análisis. Tu receptor, en un intento de comprenderte, sin quererlo, juzga y evalúa lo que le cuentas, llevándolo a juicio. Entonces ¿vives de ello? ¿cuáles son tus planes para conseguirlo? ¿cuáles son tus objetivos como bloguera? Y ahí, en un momento, en lo que se suponía tenía que ser una charla amena con un desconocido, te ves explicando tu Business Plan, ese que suena tan bien en tu cabeza pero que parece evaporarse cuando lo dices en voz alta. Y, sin darte cuenta, ese desconocido comienza a plantearte sus dudas respecto a tus proyectos, que son tu vida, dudas que en el fondo son las tuyas, pero con un toque más de dureza. Involuntario, claro. Y te enfrascas en una conversación que él olvidará pasadas dos cervezas, pero que a ti te dejará pensando el resto del día, porque ¿y si no voy por el buen camino? ¿Y si simplemente vuelvo a meter todos los pajaritos que solté y vuelvo guardarlos en su jaula? ¿Y si dejo de soñar por algo tan imposible? ¿no sería todo más fácil?

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Porque cuando tomas una decisión así, empiezas a vivir en una montaña rusa a la que comienzas a acostumbrarte. Porque hay días en los que recibes una gran noticia que te da tranquilidad para los siguientes... tres días; un artículo, una oferta de colaboración, un viaje patrocinado. Y disfrutas la caída, con los brazos en alto, sonriendo y gritando de emoción. La adrenalina sale por todos los poros de tu piel gritando que todo es posible y que no puedes ser más feliz.

Pero la montaña rusa también tiene subidas. Algunas tan largas, que mirando al suelo, te hacen preguntarte si no has sobreestimado tu valor. Son subidas en las que te repites que, si algo sale mal y el vagón de la montaña rusa se suelta de las vías, el golpe será tan grande que no sabrás si podrán despegarte del suelo.

La vida es una montaña rusa. ¡Disfrute del paseo! | Zazzle

Pero algo te dice que es ahí, justo ahí, en las subidas, cuando tienes que ser más fuerte y pelear por tu idea. Y sabes que tendrás que trabajar más duro que nunca por sacar adelante proyectos propios que quizás nadie entienda, en los que quizás nadie confíe. Y tendrás que luchar por tu proyecto de vida. Por tus decisiones y por tus sueños. Porque si no lo haces tú, nadie lo hará. Y porque si alguien puede conseguirlo, esa eres tú.

Y quizás para la próxima vez que alguien me pregunte "y tú ¿a qué te dedicas?" todo sea  tener preparada una respuesta. Y responder, con una sonrisa, "Yo... yo me dedico a luchar por hacer realidad mi proyecto de vida".

a qué te dedicas ?

E intentar disfrutar del camino....

 

2016-01-18T18:09:32+01:00

About the Author:

¡Hola! Soy Patricia. Viajo sola desde 2014, cuando cargando mil miedos en mi mochila dejé mi trabajo en una farmacéutica y me marché al Sudeste asiático sin billete de vuelta. Ya he recorrido sola 4 continentes. Enamorada de viajar sola, lento y a dedo, y luchando por sentirme cada vez más libre, ahora me dedico a animar a otras mujeres a hacer lo mismo siendo cabeza y manos del blog Dejarlo Todo e Irse.

5 Comments

  1. samantha villarreal at 23:30 - Reply

    Wow que hermoso articulo, justo lo que necesitaba leer...se que el camino no sera facil, pero al leerte se que es posible y que vale la pena intentarlo. gracias.

    • prisxd at 18:31 - Reply

      Me alegro de haber escrito lo que necesitabas leer Samantha!

  2. […] Y fue una noche cerrada en Indonesia, en la falda de un volcán, cuando un ingeniero que dejó su trabajo para dedicarse a la fotografía me dio uno de los mejores consejos que recuerdo al respecto. Yo esperaba que llegase la una de la madrugada para poder comenzar el pequeño trekking que me llevaría a la cima cuando conocí a un chico turco que esperaba como yo. Como ambos estábamos solos, y algo aburridos, comenzamos a hablar. Estaba cansado y tenía frío. Llevaba ya 4 días durmiendo en condiciones infrahumanas acompañando a los mineros del azufre que trabajaban en el volcán mientras preparaba un fotodocumental sobre ellos. Yo me quedé sorprendida con su trabajo y él se sorprendió al ver los problemas que tenía yo para explicarle a qué me dedicaba. […]

  3. katia at 10:31 - Reply

    Di que si!!! Tu lo vales y lo haces muy bien. Te deseo toda la suerte del mundo.
    Y por lo menos nadie te podra decir nunca que no lo has intentad..
    Un beso

    • prisxd at 16:11 - Reply

      Gracias Katia por esas palabras! un besito enorme!!! :ˆ

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