Perderse por las calles de Montpellier es esencial para admirar su ambiente, su encanto y su belleza. Aquí, cómo y por qué me sorprendió tanto Montpellier.
Quizás, y para ser sinceros, es que no esperaba nada de Montpellier, pero me cautivó. Hasta el momento, de Montpellier sólo sabía que fue la ciudad destino de erasmus de un amigo mío. Y aún así, no me llamaba nada la atención. Sin embargo, una vez visitada, la ciudad me enganchó.
Su plaza de la Comedia, el Antigone, su arco del triunfo y ese pequeño parque que tuve la suerte de ver mientras el sol se escondía hacen de Montpellier una ciudad digna de ser visitada. El parque al atardecer deja sin palabras a más de uno (entre las que, por supuesto, me incluyo). Una imagen preciosa.
Además de su valor arquitectónico (de lo que, a decir verdad, yo no sé nada) puedo decir que la ciudad es muy cuca. Creo fundamental pasear por sus pequeñas calles, perderse en ellas, para que a la vuelta de la esquina te sorprendan con grandes y bonitos edificios (como la iglesia de St. Roch). Montpellier es una ciudad con vida, donde sus calles (como la calle St-Guilhem) toman fuerza conforme anochece y sus bares y terrazas se llenan de gente. Es, resumiendo, una ciudad especial con ese toque bohemio que tanto me gusta.
Montpellier, una ciudad que, sin duda, sorprende.
Donde se puede dormir gratis por ahí?
preciosas fotos, a mi tambien me cautivó esta ciudad¡¡
kat
jamás pensé que Patri fuese capaz de utilizar la palabra "cuca" en uno de sus relatos...