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El lago Naivasha con bolsillos pequeños

El lago Naivasha es, sin dudas, uno de los destinos claves de cualquier viaje a Kenia. Pero ¿es posible visitar el lago Naivasha con poco dinero? Ver los hipopótamos, los pájaros y la vida en el lago. ¿Existe un lago Naivasha para bolsillos pequeños?

Te aseguro que sí. En este artículo te cuento mi experiencia durmiendo rodeada de hipopótamos por sólo 4 dólares, mi paseo en barca por 5 y el mini safari gratuito e improvisado en los alrededores de Crescent Island. También alguna cosita más y mucha fotos.

Visitar el lago Naivasha por libre

RECONOCIENDO EL LAGO NAIVASHA

Naivasha es, probablemente, una de las ciudades más turísticas de Kenia. Aún así, y como toda ciudad de Kenia, el centro no es bonito, es caótico y algo agobiante.

Los alrededores del lago Naivasha están habitados por pescadores y agricultores, por lo que es posible llegar hasta allí caminando y echar el primer vistazo al lago.

Alrededores del lago Naivasha
Puestos en la carretera hacia el lago Naivasha

Cruzando las vías del tren y dejando atrás un pequeño mercado que no son más que unos puestos y unas viviendas algo más humildes que las del centro, aparece un camino de tierra, rodeado de árboles enormes y preciosos que llevan hasta el puerto de pescadores.

Rodeada de niños en el lago Naivasha

Nosotros nos equivocamos y acabamos en la zona de los agricultores, pero fue una experiencia preciosa ya que todo el mundo fue muy simpático, intentaba explicarnos cómo llegar y los niños se nos iban uniendo conforme íbamos avanzando. Al final fueron ellos quienes nos llevaron hasta el puerto.

Puerto de pescadores del lago Naivasha
Llegada al puerto de pescadores del lago Naivasha

PASEO EN BARCA PARA VER HIPOPÓTAMOS POR 5 DÓLARES

El puerto es un lugar especial. Desordenado, algo sucio y con un fuerte olor a pescado. Es un puerto pequeñito, con señoras que te venden el pescado fresco, que intercambian palabras contigo y con grandes marabús atentos a cualquier resto que puedan dejar a sus espaldas. También hay un pequeño restaurante donde comimos tilapia y managu, por algo así como 220 chelines (unos dos euros).

Marabú en el puerto de pescadores del lago Naivasha
Marabús en el puerto de pescadores del lago Naivasha
Comer en el lago Naivasha
Tilapia y managu en el puerto de pescadores del lago Naivasha

Mientras caminábamos por allí se nos acercó un keniata y nos ofreció dar una vuelta en barca con él. Al contrario de la primera impresión, nos dimos cuenta después de que él también era turista y lo que quería era compartir el gasto de la barquita entre tres.

Puerto de pescadores del lago Naivasha
Puerto de pescadores del lago Naivasha

Nuestra idea también era ver hipopótamos, pero no queríamos pagar los 30 dólares por persona que habíamos leído en Internet. Nos comentó que la media hora eran 1500 chelines que, compartidos entre tres, significaban 5 dólares por persona. Nos gustó la idea y, casi sin darnos cuenta, estábamos montados y disfrutando de la media hora keniata (que se alargó más de 45 minutos) por el lago Naivasha.

Pescadores en el lago Naivasha

Me gustó la tranquilidad de los pescadores así como la seguridad al acercarse a los hipopótamos. No corrían riesgos innecesarios y les tenían respeto, por lo que no invadieron su espacio vital y pude disfrutar, por primera vez en mi vida, de ver hipopótamos en libertad. (Aviso que impresiona mucho más de lo que pensaba).

Vida a la orilla del lago Naivasha
Vida a la orilla del lago Naivasha

ALTERNATIVA GRATUITA A CRESCENT ISLAND

Ya he dicho en artículos anteriores que Kenia no es un país para mochileros. O sí que lo es, pero es necesario aprender, muchas veces, a decir que no a ciertas actividades que, por supuesto, te apetecen. Así nos pasó con Crescent Island: un safari en el que puedes ver los animales caminando.

Tengo que decir, y fue una de las cosas que nos decidió a no entrar, que los animales no son originarios de ahí. La isla es en realidad una península que entra en el lago y fue un decorado perfecto para la película Memorias de África. Llevaron jirafas, impalas y algún que otro animal y, una vez rodada la película, vieron que los animales se habían adaptado muy bien, (que podía ser un buen negocio) y los dejaron ahí.

Visitar Crescent Island es tentador, pero la entrada costaba 30 dólares y no era un precio que estábamos dispuestos a pagar. ¿Encontraríamos la forma de ver algo de aquello de forma gratuita? Pues sí.

Probamos varias cosas, como ir hasta la playa Karagita y entrar caminando a un par de resorts, pero no había nada nuevo, ni mejor, que lo que habíamos visto en el puerto de pescadores. De hecho, vimos a muchos turistas asiáticos montándose en barcas a 30 dólares por persona.

Sin embargo, caminando más (ese día nos dimos una buena paliza), llegamos hasta un cartel que decía SAFARI BOAT, un kilómetro antes dirección a Naivasha que el Sanctuary Farm que da acceso a Crescent Island. (Obviamente, no es necesario andar y se puede llegar en matatú).

Allí caminamos un kilómetro hasta el lago Naivasha y, para nuestra sorpresa, había una pequeña puerta de madera abierta. Aquí viene el secreto. Esta pequeña puerta da acceso al santuario. Es un lugar hermoso con acceso al lago, monos, aves y alguna impala. A lo largo de aquí, caminando, nos fuimos acercamos hacia la puerta de Crescent Island. No teníamos ni idea de cuándo nos iban a parar, pero nadie nos paraba.

Pasamos una casa muy grande que parecía un hotel o un camping y ya, desde allí, nos introdujimos en la última curva del lago que daba lugar a la isla. Teníamos una pareja de turistas delante y, hacia nuestra dirección, saliendo del lago, vinieron corriendo dos locales. (Qué raro).

Foto pre-susto en el lago Naivasha

Miré el lago Naivasha y, sorpresa, ante mí, a escasos 50 metros, había un hipopótamo. No nos asustamos demasiado hasta que los escuchamos bramar a escasos metros de nosotros. Los hipopótamos son uno de los animales más peligrosos del mundo y son muy territoriales por lo que algo asustados, y recordando a los dos locales corriendo en contra dirección, recuperamos posiciones. Dos señores de seguridad, con lanza, nos acompañaron a cruzar los últimos metros que nos quedaban.

Hipopótamos del lago Naivasha
¿Ves a los dos hipopótamos?

Desde la puerta, en la distancia, vimos alguna jirafa. Decidimos no entrar, pero también te digo que el precio, ya desde allí es negociable.

Saliendo y sin ninguna intención de volver a cruzar a pie por donde los hipopótamos, detuvimos a un coche que salía hacia el exterior. Nos llevó en la parte trasera, al descubierto y ¡sorpresa! (otra más) cuando ante nuestros ojos se nos dibujó un pequeño safari improvisado. Estábamos dejando la reserva por el Santuario y, así, ante nosotros nos aparecieron cebras, antílopes, ñus y otros animales.

Cebras en el lago Naivasha
Cebras en el lago Naivasha
La felicidad de un safari improvisado

DORMIR CON HIPOPÓTAMOS

Las rutas tradicionales por el lago Naivasha te llevan hasta Hell's Gate, un parque nacional que, sinceramente, pinta de maravilla. Hell's Gate es conocido por ser un parque nacional en el que es posible montar en bici mientras ves animales salvajes así como hacer varias rutas de trekking entre profundas gargantas. De nuevo, en nuestra contra, los precios: 26 dólares.

Mapa de Hell's gate
Mapa de Hell's gate

Manejamos la idea de entrar por la mañana, acampar y pasar un par de días por la zona para compensar el precio de la entrada. Sin embargo, como bien nos explicaron en la entrada los guías, el precio es por persona y día (como en todos los parques nacionales de Kenia) y acampar en el parque son otros 20 dólares por persona y día. Haciendo cuentas, la aventura se nos disparaba. Además, al ser época de lluvia, todos nos dijeron que las gargantas eran peligrosas y nada recomendables.

¿Qué alternativa encontramos para el Hell's Gate?

Acampar en uno de los camping de la orilla del lago Naivasha y esperar (o no) ver hipopótamos durante la noche. Por cercanía con el parque Hell's Gate nos quedamos en el camping YMCA, donde el responsable nos recibió con cariño y con un precio de camping mucho más asequible: 4 dólares por persona y noche.

- ¿Habéis hecho Wild Camping alguna vez?

Respondí ligeramente, y sin pensar, que sí y él, aún así, desconfiado, comenzó a explicar.

- Aquí, a la noche, vienen a pastar los hipopótamos.

Asentimos, pues esa era la única razón por la que nos habíamos dejado caer allí.

- Vienen, salen y pastan. Son muy friendly, pero hay que tener cuidado, porque pueden atacar si se asustan. Si te encuentras con un hipopótamo, tienes que tener en cuenta que irán corriendo hacia el lago, así que no puedes interponerte en su camino. Entonces vienen los problemas. Si te encuentras entre él y el lago te quedas quieta y no te mueves. Se irá, a no ser que tenga una cría, que peleará.

Mi hermano y yo nos miramos. No pensábamos salir de la tienda de campaña. Aún así, y por si acaso, colocamos la tienda bajo techo y protegida tanto como pudimos, meamos tres veces antes de anochecer con la seguridad de no querer salir en mitad de la noche y nos metimos en la tienda.

Dormir con hipopótamos en el lago Naivasha
Con las mesas hicimos trinchera

A las 9 comenzaron los ruidos, y ya no pararon hasta las 3, cuando tuvo su apogeo y se sentía el peso de cada zancada con el retumbar del suelo. Estaban cerca, pero con la oscuridad (y algo de miedo) éramos incapaz de verlos.


Y qué quieres que te diga, así, casi mejor.

El camping estaba algo justito (sobre todo los baños que estaban indecentes), hay otros que tienen mejor fama alrededor del lago Naivasha, sin embargo, puedo prometerte que si tu objetivo es ver hipopótamos, el manager de este camping estará deseoso de ayudarte.

DAR LA VUELTA AL LAGO NAIVASHA

Llevábamos cuatro días en el lago Naivasha y decidimos que, a modo de despedida, terminaríamos lo que habíamos empezado: le daríamos la vuelta al lago Naivasha.

Este recorrido es out of the road de toda ruta turística y créedme si os digo que se notó desde el mismo momento que tomamos la dirección contraria a la ciudad de Naivasha.

El primer matatú nos llevó hasta Oserongoni hospital, pasando por pueblos que no parecían más que cuatro casas mal puestas. Allí, y ante la falta de matatús (y los precios excesivos de las motocicletas) nos pusimos a caminar.

Apenas diez minutos después nos paró una furgoneta, sorpresa (otra más) al ver que quien nos recogió fueron unos masais de Masai Mara. Hablamos de un posible voluntariado mientras las jirafas y los búfalos se paseaban a nuestro lado. Teníamos tantos estímulos que éramos incapaces de concentrarnos.

Giradas a los lados de la carretera del lago Naivasha

Después de un breve trayecto nos dejaron en el camino hacia un cráter que queríamos ver. Hacía calor pero el paisaje era impresionante. A nuestra derecha, de forma constante y con una valla electrificada entre nosotros y el parque veíamos jirafas y otros animales que no supimos reconocer pero que, sin duda, andaban a cuatro patas y tenían movimientos felinos.

Crater alrededores del lago Naivasha
Crater en los alrededores del lago Naivasha

Una vez allí, después de 4 kilómetros, decidimos no entrar, pero el señor nos dio la bienvenida y nos permitió descansar a la sombra ya dentro del parque.

Hicimos dedo hasta el siguiente pueblo y ya allí nos tomamos el último matatú de vuelta a Naivasha, con compañeros de viaje algo tribales que, junto a las vistas, hizo merecer el viaje.

Esta fue nuestra experiencia en el lago Naivasha con bolsillos pequeños. Espero que te sirva de ayuda si planeas visitar el lago Naivasha con bajo presupuesto o que, en defecto, hayas disfrutado de las historias.

DÓNDE DORMIR EN NAIVASHA

Los tres días que estuvimos en Naivasha nos quedamos en Aloe Park, un hotel relativamente barato y con muy buena calidad precio (el desayuno todavía es el mejor que hemos tenido en Kenia). Estábamos tan bien que siempre nos apetencia quedarnos un día más.


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2020-06-17T15:37:45+01:00

About the Author:

¡Hola! Soy Patricia. Viajo sola desde 2014, cuando cargando mil miedos en mi mochila dejé mi trabajo en una farmacéutica y me marché al Sudeste asiático sin billete de vuelta. Ya he recorrido sola 4 continentes. Enamorada de viajar sola, lento y a dedo, y luchando por sentirme cada vez más libre, ahora me dedico a animar a otras mujeres a hacer lo mismo siendo cabeza y manos del blog Dejarlo Todo e Irse.

2 Comments

  1. Mar Manoli at 22:55 - Reply

    Soy Mar Manoli. Tengo 60 años y en breve viajare sola a Kenia. Me encanta viajar y relacionarme con cada pais, sus gentes y su naturaleza, como lo haces tu. He descubierto tu blog por casualidad y me gusta mucho como describes tus vivencias

    • Patricia at 12:54 - Reply

      Gracias, Mar Manoli!!!! Espero que disfrutes (o hayas disfrutado) muchísimo Kenia...! Sería genial si nos dieses noticias de tu viaje por allí! Un abrazo!

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