ppp

Por qué viajar en crucero (y por qué no)

Quien sigue este blog sabe que la última semana la pasé entre montañas, agua y fiordos en un crucero por el norte de Europa. Un destino único, precioso y maravilloso, que fue, además, mi primera experiencia en crucero.

Pero antes de desgranar una semanita a bordo de un barco, que sin duda repetiría, quería contaros las particularidades de viajar en crucero. Porque, como todo, tiene muchas ventajas y, también, muchas desventajas.

¿Sabes ya por qué deberías viajar en crucero? ¿y por qué no?

Viajar en barco es diferente a todas las formas en las que había viajado hasta el momento. De verdad, es algo particular. Viajar en crucero es diferente a cualquier cosa. A cualquier viaje.

Y es que ahí estás tú, en mitad de la nada, el barco, las olas, la naturaleza... y unos 2000 acompañantes de viaje, a los que se unen, además, unos 700 tripulantes.

Y, desde el primer día, se crea un micromundo, un ambiente, un ritmo que te hace complicado imaginar que lejos de allí, el mundo sigue su ritmo, alejado de mojitos y música en directo, shows y actividades de baile. Alejado de paisajes increíbles, un ambiente algo vintage y un ritmo extrañamente acelerado.

Y si como yo hasta hace una semana, no tenéis ni idea de cómo es esto de viajar en crucero; hoy os hablo de todas sus ventajas y los inconvenientes que he encontrado a viajar en crucero:

Los paisajes y los destinos son increíbles 🙂

De momento, y puesto que sólo he realizado un crucero en mi vida, no puedo generalizar, pero lo que hace especial a un crucero, su característica principal que no es otra que moverse sobre el agua, es una gran ventaja: alcanzar los destinos a través del agua hace que sea sencillo, que ofrezca una panorámica increíble y que pases de un país a otro con cero de esfuerzo. Además, los destinos parecen estar escrupulosamente bien elegidos.

viajar en crucero a Geiranger

Las colas 🙁

La realidad es que 2000 personas no se mueven rápidamente, y las entradas y salidas al barco son limitadas. Por lo tanto, te tocará esperar. Te tocará esperar para hacer el check-in, para ir al restaurante, para salir de barco, para entrar al barco, para pedir un café... Tendrás que acostumbrarte y cargarte de paciencia, pero, de verdad, con algo de buen humor... ¡no es tan malo!

La comodidad 🙂

Admitámoslo, es MUY cómodo: llegas al aeropuerto con tu maletón, lo facturas y te aparecerá directamente en la puerta de tu camarote. El último día, lo dejarás en la puerta del camarote y te aperecerá en el aeropuerto. Te pasearás por diferentes ciudades europeas sin levantar un gramo de peso ¿Quién se preocupa entonces por cuánto pesa su mochila?

La velocidad y la "muchedumbre" 🙁

Ya sabéis, me gusta viajar despacio. Tomarme mi tiempo. Descubrir rincones y sentir un poquito la ciudad, el lugar. Lamentablemente, no hay tiempo para todo eso si viajas en crucero. Llegarás a una hora determinada al puerto y tras unas horas, deberás estar embarcando de nuevo.

Que más de dosmil personas desembarquen al mismo tiempo, y en el mismo lugar, tiene sus desventajas; todos los lugares estarán algo colapsados por los turistas de crucero, las fotos y las sensaciones siempre estarán protagonizadas por la muchedumbre y desmarcarse no siempre será sencillo. En ocasiones, además, compartirás tu desembarque con otros cruceros.

Las excursiones son carísimas, pero en la mayor parte de las ocasiones podrás hacerlo individualmente (os contaré cómo...)

Bergen en crucero

El todo incluido 🙂

Vale, esto dependerá de la opción que elijas, pero yo te lo recomiendo encarecidamente. No supone muchos euros extra y tendrás un mojito, un café, un té o una piña colada perfectamente preparados, a cualquier hora y sólo mostrando tu pulserita. Los precios a bordo no son baratos y si te decantas por no comprarlo, siempre te apetecerá tomar algo a bordo. Tener la pulserita ¡sale a cuenta!

Los clientes y las quejas 🙁

Viajar en crucero significa viajar con una edad media alta y con bastantes parejas. No, viajar sola en un crucero no es el plan más apetecible.

De todas formas, cada vez se animan más grupos de amigos o parejas de amigas que buscan un plan cómodo y diferente. Interactuar con los trabajadores es otra opción, pero hay que recordar que están trabajando, y no es sencillo encontrar huecos para compartir alguna conversación.

No sé si es por la edad media de la clientela, por el perfil de viajero o porque quejarse es deporte nacional y una buena forma de entablar conversación, pero la realidad es que escuchaba quejas constantemente. Algo que, a mí personalmente, me aburría. Llegué a escuchar que algo era "tercermundista" y que "para estar así, mejor estaban trabajando". Sin embargo, yo opinaba que en el barco se vive a cuerpo de rey...

OLYMPUS DIGITAL CAMERA

El entretenimiento y el staff 🙂

Hay un montón de actividades para que te diviertas y las horas de navegación pasen de forma rápida. La trapulación es, en general, simpatiquísima, y con muchas ganas de hacerte sentir cómodo.

Además, cada noche tienes un espectáculo donde verdaderos artistas representan una obra diferente para ti.

Compartir mesa 🙁

Dependiendo del precio que hayas pagado por el camarote, es muy probable que en las cenas y comidas tengas que compartir mesa con totales desconocidos. Algo que, dependiendo de la suerte, puede ser algo muy positivo ¡o arruinarte las horas de comida!

La comida 🙂

La comida abunda en el barco. Un buffet libre te permite comer a cualquier hora del día, así como una cena más elaborada te espera a las noches. Personalmente, todo me pareció riquísimo.

La estabilidad del barco 🙁

Sí, el barco se mueve. Y aunque me habían jurado y perjurado que apenas se movía, este barco se movió mucho. Supongo que fue mala suerte, el mar abierto de los países del norte o la temporada. No lo sé, pero los cuatro primeros días el vaivén imparable del barco ponía la nota destacable en los shows nocturnos y la biodramina, por su parte, era la droga más solicitada del crucero.

Vistas de un crucero

Las vistas desde el crucero, y sus despertares, te dejaban sin aliento

Los despertares 🙂

Sin duda, la sensación más maravillosa del viaje: abrir los ojos y, sin saber todavía muy bien dónde estás, mirar al exterior y disfrutar de una vista inmejorable. Despertar sonriendo, y sorprendida.

Y tú ¿tienes razones por las que viajar en crucero o alguna por la que te juraste que nunca más volverías a hacerlo? ¿Buscas un crucero?

2016-01-16T20:18:00+01:00

About the Author:

¡Hola! Soy Patricia. Viajo sola desde 2014, cuando cargando mil miedos en mi mochila dejé mi trabajo en una farmacéutica y me marché al Sudeste asiático sin billete de vuelta. Ya he recorrido sola 4 continentes. Enamorada de viajar sola, lento y a dedo, y luchando por sentirme cada vez más libre, ahora me dedico a animar a otras mujeres a hacer lo mismo siendo cabeza y manos del blog Dejarlo Todo e Irse.

3 Comments

  1. Anónimo at 23:35 - Reply

    Si quiero viajar en crucero, pero lo quiero hacer con mis padres y mi hermana. Ese siempre ha sido sueño.

  2. […] invitaron a mi primer crucero, un bonito recorrido de  siete días por los fiordos noruegos. Disfruté muchísimo de mi primera […]

  3. […] del crucero en cuanto pudimos, después de esperar nuestro turno, y nos pusimos a andar. No sabíamos nada respecto a cómo visitar el Púlpito desde el puerto de […]

Si tienes algo que comentar... aquí tienes tu espacio

¡Suscríbete!

    Correo electrónico

    Recibirás un email en tu correo para confirmar la suscripción, si no lo recibes quizás esté en tu carpeta de Promociónes (de Gmail) o en SPAM :/ (¡Sácalo de ahí!)

    ×
    Share This
    A %d blogueros les gusta esto: