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Pisar la nieve por primera vez

En pocos días dejaré el invierno y me sumergiré de lleno en el calor del verano brasileño. Pero si piensas que mi cabeza está en la playa , en las chancletas y los vestidos estás muy equivocada ¡mi cabeza está en la nieve! ¿Me dará tiempo a una útima escapada y pisar la nieve?

Y es que la nieve se está haciendo de rogar. Pese a todos mis ruegos internos. Porque no sólo me encanta esquiar, sino que prometí a un amigo canario que le llevaría a la nieve para que la pisara por primera vez. ¡Desde el momento que lo propuse me encantó verme sumergida en tal experiencia!

Porque ¿cómo explicas cómo es algo cuando alguien no lo ha visto ni tocado nunca? ¿Cómo le haces entender las diferencias? Porque ¿cómo le explicas que hay nieve escarcha, nieve costra, nieve fundida, granulosa o helada? ¿Nieve polvo, nieve pisada, nieve húmeda, nieve virgen, nieve fresca e incluso nieve primavera?

Me olvidé de tecnicismos. Y le hablé de sensaciones.  De mis primeras veces.

De ser despertada de noche, y todavía en pijama, ser trasladada al coche. Dormir hasta que el sol me pegaba en la cara, y verme rodeada de agua. Recorrer la sinuosa carretera de un embalse, que en ojos de una niña pequeña, parecía interminable. Beber chocolate caliente, al calor de una chimenea, y ponerme, ya sí, la ropa de esquí.

Continuar por la retorcida carretera. Luchar contra el mareo mientras observo boquiabierta como la nieve  apilada casi alcanza el máximo en los marcadores de la carretera.

Llegar a la nieve. Aparcar el coche y notar el contacto del frío. Que los ojos me duelan del blanco reflejo del sol. Tumbarme sobre aquel manto blanco y que los granos de nieve se cuelen por mis tobillos. Sentir el deshielo. Agarrar un puñado de nieve, que me tiemblen las manos e introducirla en mi boca. Saborear cada copo. Disfrutar del contraste con el calor de mi boca. Reírme ante la cara sorprendida de mi madre.

Explicarle que tus pies pesan al caminar por la nieve. Que para comenzar has de luchar contra el peso de esquís y bastones,  y que tienes que disfrutar de los nervios previos al tomar el telesilla. Que durante la bajada el viento pega en tu cara, que las piernas tiemblan al intentar mantener el equilibrio. Y que tan buena es la bajada como la reunión en familia de  después donde disfrutar de esa onza de chocolate.

Porque me veo incapaz de explicarle esa maravillosa sensación de agotamiento, al volver a casa con la cara bronceada, las piernas agarrotadas y la adrenalina liberada.

pisar la nieve

Y le repito, que sólo espero, que entre preparativos, puestas a punto y despedidas, nos dé tiempo a una última escapada, donde esta vez sea él el protagonista de estas sensaciones.

Y hoy, cuando iba a publicar este artículo que escribí durante el fin de semana, me levanto con la noticia de que hay bien de nieve. Po fin. La televisión ya habla de días blancos y forfaits ¡y las webs se llenan de ofertas de esquí! ¿Tendre tiempo de escaparme a pisar la nieve?

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Si piensas en pisar la nieve por primera vez, no olvides estos 10 mandamientos:

[checklist icon="fa-asterisk" iconcolor="#fcfcfc" circle="no" circlecolor="" size="20px" class="" id=""][li_item icon=""]Desayuna bien: Llenar el estómago es importantísimo para un agotador día de nieve[/li_item][li_item icon=""]

No te olvides la crema solar: Un día soleado en la nieve es perfecto, pero tu piel debe estar
protegida ya que el sol reflejado en la nieve quema, y mucho.

[/li_item][li_item icon=""]

Abrígate: No hay peor cosa que pasar frío. Asegúrate de que llevas ropa suficiente, que
proteges bien cabeza y pies (los principales puntos por donde sale el calor corporal) y evita
que el agua moje tu cuerpo (deberías utilizar ropa impermeable)

[/li_item][li_item icon=""]Usa protector labial: Así como tu piel, tus labios son muy importantes. Sin protector labial es
probable que se estropeen.[/li_item][li_item icon=""]

Ponte gafas de sol: Los rayos del sol reflejados en la nieve pueden dañar muchísimo tus ojos, es
recomendable que sean un poco más grandes de lo normal y más resistentes a golpes y
caídas.

[/li_item][li_item icon=""]

Ten cuidado con el hielo: Habrá zonas en las que la nieve esté congelada y son zonas comunes
de caídas.

[/li_item][li_item icon=""]

Ve despacio: Lo sé, te pones los esquís y te sientes un poco inútil los primeros momentos
mientras recorres la pista más sencilla. Seguro que querrás más. Nos ha pasado a todos. Sin embargo, es importante
ir despacio, afianzar movimientos e ir aprendiendo poco a poco.

[/li_item][li_item icon=""]

Bebe mucha agua: Es importante que lleves una botellita de agua en tu mochila para ir
hidratándote conforme haces deporte.

[/li_item][li_item icon=""]

No olvides la vida más allá del esquí:  porque no sólo de esquí vive la nieve; disfruta como
un niño tirándote en trineo, jugando a una batalla de bolas de nieve o descansando
tranquilamente en el ya famoso post-esquí.

[/li_item][li_item icon=""]Disfruta: Disfruta de la nieve, de tu primera experiencia y de esas sensaciones únicas[/li_item][/checklist][/fullwidth]

2016-01-18T15:40:38+01:00

About the Author:

¡Hola! Soy Patricia. Viajo sola desde 2014, cuando cargando mil miedos en mi mochila dejé mi trabajo en una farmacéutica y me marché al Sudeste asiático sin billete de vuelta. Ya he recorrido sola 4 continentes. Enamorada de viajar sola, lento y a dedo, y luchando por sentirme cada vez más libre, ahora me dedico a animar a otras mujeres a hacer lo mismo siendo cabeza y manos del blog Dejarlo Todo e Irse.

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