Una vez visitado el gran árbol Banyan, seguimos nuestro camino hacia la Colina de la Luna. Ya llevamos unos cuantos kilómetros en nuestras piernas, pero el paisaje sigue sorprendiéndonos en cada pedalada.
A un kilómetro del Big Banyan Tree encontramos la ansiada Colina de la Luna, más conocida como Moon Hill. Al llegar allí nos avasallan tres señoras mayores que intentan vendernos algo, aunque todavía desconocemos qué.
Aparece entonces Mama Luna.
Una señora, con gorra verde y estrella roja, más rápida que las otras dos y enseguida nos embauca. Todavía desconfiadas, damos una pequeña vuelta por la entrada y por los alrededores y podemos observar que la entrada cuesta 15 RMB. Apenas es dinero pero, después de la pequeña decepción con el árbol Banyan, deámbulamos un poco por la zona pensando si nos compensa gastarnos ese dinero.
Mama Luna aprovecha ese momento de duda y debilidad y se aproxima a nosotras. Comienza a hablarnos, rápido, y en una lengua (que podría ser inglés) que apenas entendemos. Nos muestra los cinco dedos de su mano y nos señala la montaña. Sí, la señora nos ofrece una visita a la colina por 5 RMB.
Dudamos.
La vista desde aquí es ya bonita, quizás con una foto desde aquí es suficiente.
Además, si subimos con ella ¿qué hacemos con nuestras bicis? ¿y si nos pillan?
La señora, como un ninja lee mentes, saca una libreta de su bolsillo y nos enseña numerosos escritos. "Esta mujer es la caña" "Mama Luna es la mejor" "Una auténtica sherpa, te lleva hasta el camino del ascenso sin ni siquiera despeinarse" "no os preocupéis por las bicis, ellas mismas se preocupan de vigilarlas", pero no es hasta que leemos una de los comentarios en catalán cuando nos convencemos realmente. Nos reímos con la señora, quien seguramente desconozca qué está escrito en esas líneas.
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| Conseguimos la foto de Mama Luna |
Atamos nuestras bicis y las dejamos a un lado un poco escondidas. Mama Luna lidera la expedición compuesta por Andrea, un chico de apariencia china que parece no alegrarse de compartir viaje con nosotras y yo. Nos alejamos un poco de la entrada y en un momento dado nos introducimos entre lo que se parece a un camino entre la maleza. El ritmo que establece Mama Luna es rápido, será por eso que la llamaban la sherpa de Moon Hill.
Los nervios por la "fechoría" y la pendiente, cada vez más pronunciada, provocan que mi corazón lata más deprisa. El ritmo no baja y después de 10 minutos por el interior de ninguna parte en los que Mama Moon exige silencio, llegamos a un caminito ya de piedra.
Mama Moon nos indica que es nuestro camino y que debemos seguir hacia arriba, la vuelta será hacia abajo, por el camino de piedra, olvidándonos de este camino prohibido.
Cansadas, nos sentamos a beber un poco de agua. En ese momento nos creíamos cansadas y cerca de nuestra meta, la colina de la Luna.
Ilusas.
Estábamos MUY confundidas. Hasta hacer cima nos quedaba un laaargo y empinado camino.
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| Sonreíamos porque no sabíamos cuánto nos quedaba para llegar |
Eso sí, la pateada mereció, sin duda, la pena. La experiencia con Mama Luna, también.
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| Escalada en la colina de la Luna |
Aquí en la cima con las coronas de flores, como buenas guiris
[…] tomado en razón al precio o a la comodidad, sin embargo la tomamos por la ciudad de destino. Por diferentes razones, preferíamos alojarnos en Yangshuo, además Guilin era una visita obligada para tomar el siguiente […]