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La curiosa experiencia del Hammam en Marrakech

Mi experiencia en un Hammam en Marrakech empezó así; con mi jabón negro en la mano, mi Kassa en la otra y mis 10 Dirharms delante del Hammam escogido. Un Hammam discreto en el que ni siquiera podía leerse un cartel que avisase de su existencia (cerca de aquí), donde viví una de las experiencias más auténticas de Marruecos.

 

El señor de la tienda donde compré todo el kit (y algún detalle más que me encasquetó) me indicó amablemente dónde se encontraba y el precio de entrada.

Al poner el primer pie en ese sitio sentí como si el reloj retrocediese tantas horas que estábamos ya lejos del año dosmil. Antes de poner mi segundo pie en aquel lugar pregunté si podía pasar, y si era allí donde se encontraba el Hammam. Una señora, de sonrisa hueca, contestó en un supuesto árabe una pregunta que no había entendido. Volví a pronunciar, esta vez más despacio, y remarcando la palabra HAMMAM mientras mostraba los 10 Dirhams con los que pretendía pagar. La señora, miró la moneda, se señaló y me enseñó seis dedos.Yo, pobre de mí, que guiada por el señor de la tienda sólo llevaba 10 Dirhams expresé mi cara de dudas. Y debí hacerlo bien, porque la señora me cogió de la mano, me sacó a la entrada y llamó a una puertecita por donde se asomó un señor. Este chapurreaba francés, y me explicó que la entrada eran 10 Dirhams, pero que si quería a la señora eran entonces 60 Dirhams.

Yo, que por no saber, no sabía ni cual era la labor de la señora...volví a por dinero al Riad para volver al Hammam. La señora, contenta de ver mis 70 Dirhams sonrió, tomó los 70 y me devolvió 5. Los otros 5, me indicó, eran para la señora que miraba, que rato después comprendí que se encargaba del ropero.

Comenzó a desnudarse, y yo, como niña pequeña que copia a su madre, hice lo mismo. Tomamos la toalla y me cogió del brazo para guiarme hasta la siguiente habitación, donde colgamos las toallas antes de pasar a la siguiente. Era una sala desnuda, vacía y húmeda. Allí, tres señoras y una niña sentadas en el suelo se acariciaban con la Kassa.

Mi señora comenzó a moverse de un lado a otro llenando cubos de agua de diferentes lugares. A todo esto yo, desnuda, miraba su hacer mientras saludaba a las señoras que me sonreían amablemente. Una vez llenados los cubos, los arrastró hasta mí y tiró un poco de agua al suelo a modo de limpieza. Estaba claro, el pudor y el exceso de limpieza no tenían lugar en ese Hammam. La habitacion era húmeda, así que no tardé en comenzar a sudar.

Entonces comenzó el Savonage.

Cogió el jabón negro que yo había comprado y me lo untó por el cuerpo. El jabón negro está hecho de aceite de oliva negra, con propiedades exfoliantes, y aunque su olor no era nada especial la sensación era bastante agradable. Casi como un masaje...Hasta que empezó a pasarme la Kassa. La Kassa es un guante de exfoliación que, sin duda, no parecía tan áspero en la bolsa. La señora, que no escatimaba en fuerza a la hora de frotar había comenzado ya con el Gommage.

El primer brazo se me hizo interminable. Pensé que eso no podía hacérmelo por todo el cuerpo ya que sentía el brazo casi en carne viva.

La niña, que sufría en esos momentos la misma tortura que yo, me sonrió confidente. Respondí y no pude evitar hacerle una mueca de dolor que ella respondió con risas.

 

Del brazo pasó al siguiente brazo, y del brazo al pecho.

¿¡Al pecho?!

Sí, al pecho.

A la tercera pasada me quejé ya en voz alta. La señora, sonrió con su boca falta de dientes, y puso mi mano sobre mi pecho como si eso fuese a calmarme.

La niña se quejaba a gritos a su madre al otro lado de la habitación. Gritos que la madre devolvía con un supuesto "niña, no te quejes que no es para tanto".

Otra sonrisa cómplice que me hizo creer que el dolor no era para tanto.

Del pecho a las piernas y de las piernas a la espalda. ¡Oye, en la espalda no estaba tan mal!

Con un gesto seco en el suelo hizo que me sentase y que echase para atrás la cabeza. Me lavó el pelo y me lo cepilló como mi madre hacía cuando era niña. Sentí la fuerza de sus manos de nuevo y un par de estirones que, también, tenían sabor a infancia.

Después vino lo mejor. Mi señora me hizo un pequeño masaje de espalda que llegó hasta las piernas. Estiró mi espalda tanto que la oí crujir un par de veces. En las piernas, aplico tanta fuerza que temí que se me subiese un gemelo.

Me levantó, me tiró un par de jarras de agua tibia por el cuerpo para quitarme los restos de Gommage (vamos, piel muerta exfoliada de mi cuerpo que había formado algo muy parecido a goma de borrar negra) y me guió de nuevo hacia la salita donde estaban las toallas. También de su mano, me guió hasta la primera salita dando por concluída mi experiencia en el Hammam. Había pasado casi una hora. La señora de los brazos de acero preguntó qué tal me encontraba y sonrió divertida cuando le expresé con gestos la dureza del tratamiento.

Una vez vestida, y todavía con el pelo húmedo, salí del Hammam, relajada, contenta...y tan suave como nunca.

2016-11-27T20:55:52+01:00

About the Author:

¡Hola! Soy Patricia. Viajo sola desde 2014, cuando cargando mil miedos en mi mochila dejé mi trabajo en una farmacéutica y me marché al Sudeste asiático sin billete de vuelta. Ya he recorrido sola 4 continentes. Enamorada de viajar sola, lento y a dedo, y luchando por sentirme cada vez más libre, ahora me dedico a animar a otras mujeres a hacer lo mismo siendo cabeza y manos del blog Dejarlo Todo e Irse.

15 Comments

  1. Montse at 14:27 - Reply

    Hola la setmana que viene viatjo a Marràqueix lo del hammann ja està controlado En el riad...lo prefiero però lo que no tenguo claro como té mueves por la medina sin perderte......teneis algun consejo l'ós que ja haveis estado ???
    I alguna recomendacion en algun restaurante???basicamente para cenar ja que l'as comidas l'as haremos en excursiones...

    GRACIAS os lo agradecere....
    MBT.

  2. Marina at 13:44 - Reply

    Holaa Patricia! Me ha encantado tu post sobre el Hamman, próximamente viajo a marruecos y me gustaría saber por donde esta el hamman que describes! pones un enlace de google maps pero no me sale nada! te agraderceria que me explicases un poco por donde esta.
    Muchas gracias! Marina

    • Patricia at 09:57 - Reply

      Hola Marina,

      Es que en realidad es un hamman (o era, esto ya fue hace años) muy pequeñito y sin ningún cartel. Me fue imposible encontraelo en Google+ (la Medina es una locura). Estaba cerca del hostal Layla Rouge, pero es todo lo que recuerdo. De todas formas, habla con la gente y pregunta por un hamman tradicional. Si es tradicional de verdad será muy barato. Un abrazo y disfruta del viaje!

  3. Miguel at 05:47 - Reply

    Es un hamman solo para mujeres o también para hombres?

    • prisxd at 00:12 - Reply

      Hola Miguel!

      En el propio hamman hay masculino y femenino (¡separados si no son hamman turísticos!)

      Un abrazo

  4. María Cruz at 18:32 - Reply

    A finales de Junio, viajé a Marruecos. Una de las maravillosas experiencias que tuve en este país, más concretamente en Marrakech, fué esta del Hammam. Realmente te sientes como una niña. Es muy agradable y tu piel lo agradece.Me ha gustado mucho leer este post. Me a traido muy buenos recuerdos.

    • prisxd at 15:30 - Reply

      Hola María Cruz! bienvenida al blog!

      Para mi la experiencia del Hamman fue única. Disfrutar de esa sensación, tan íntima y personal. ¡Una inmersión total en la cultura del país que visitas! Y volverte a sentirte niña otra vez ¡inolvidable!

  5. Anonymous at 19:27 - Reply

    Muchas gracias! a mi vuelta os cuento.

  6. Hola!
    La verdad que me has encomendado una labor muy difícil!!!

    No sé si has estado alguna vez en Marrakesch, pero digamos que el centro, la Medina, es complicada.

    El Hammam del que hablo estaba muy cerca del Riad Layla Rouge (el cual recomiendo!). Para hacerlo sencillo: vete a google maps y pon "Layla Rouge Marrakech". Si acercas hacia las dos opciones que ofrece, a la derecha pone "Sahara Rouge Excursions" y se acaba la calle... continuando por esa calle (que google maps no dibuja), que es como una pequeña subida, estaba el Hamman. Ni siquiera ponía "Hamman". Es una pared muy normal y mirando por la puerta se ven unos azulejos.
    Pero si no encuentras este, tranquil@! Hay muchos así en Marrakech. Pierdete por las callejuelas, y escoge uno pequeñito y que este poco publicitado. Experiencia recomendadísima!

    Tu tarea ahora será contarnos cómo te fue a ti!

  7. Anonymous at 20:19 - Reply

    Hola! voy a marrakech este fin de semana y en mi lista está la experiencia del Hamman, pero del hamman autentico como este.... se que es complicado pero me puedes indicar por donde está??en tu link no sale nada. Gracias!

  8. Anonymous at 09:59 - Reply

    A VER CUANDO ESCRIBES ALGO MAS SE TE ECHA DE MENOS GUAPA

  9. Sacrificio! ¡Sin ninguna duda! Aunque luego te quedas de relajadita... 🙂

  10. Anonymous at 13:40 - Reply

    relax o sacrificio? jajaja
    me queda esa duda.
    muy bien explicado.

    kat

  11. Anonymous at 15:20 - Reply

    muy bueno el reportaje ..te van a subir el cache de la publi ja ja

  12. Andrea at 09:07 - Reply

    Perfectísimo explicado. Sólo he echado de menos leer "se me subiera el gemelo" en lugar de "se me subiera LA BOLA".
    Reivindico "LA BOLA" desde ya. (The ball is up)

    T'estim, ya lo sabes.

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