Preparando tu mochila para el Camino de Santiago? ¿Tienes dudas? ¿Qué llevé yo? ¿Y el peso? Aquí toda una lista de mis pertenencias en mi mochila para el Camino de Santiago (acampando)...

Una de las mayores dudas que te surgen cuando comienzas a planear tu Camino de Santiago es la mochila. Y es normal. Además de las zapatillas, una mochila bien hecha es, para mí, lo más importante.

Poco se diferencia una mochila para un gran viaje de la mochila para el Camino de Santiago si no es por el peso. La capacidad te la dará la mochila, sin embargo el peso cambiará según qué decidas introducir en tu mochila, y no tienes que olvidar que serás tú quien tenga que cargarla a tus hombros durante todas las horas al día que pases caminando.

La mochila perfecta pesa un 10% de tu peso, está bien equilibrada y está formada por objetos que utilizas, al menos, una vez cada 4 días.

Dicen en el Camino, que en la mochila de cada uno cargamos todos nuestros miedos: un botiquín infernal, ropa para sobrevivir 20 días, una gran bolsa con provisiones, dos cantimploras o una gran cantidad de bolsas con las que proteger de la lluvia tus pocas pertenencias...

Pero sean cuales sean tus miedos, recuerda que la mochila perfecta pesa un 10% de tu peso, está bien equilibrada y está formada por objetos que utilizas, al menos, una vez cada 4 días.

Dicho esto ¿qué lleva la mochila para el Camino de Santiago perfecta?

LA MOCHILA

¿Lo primero? La mochila. Yo tengo esta de 50 litros (las mochilas se miden en el volumen que son capaces de guardar. Me parece un volumen adecuado y me encanta porque: tiene un diseño específico para mujeres, se ajusta "sola", tiene un montón de compartimentos y, sobre todo, porque tiene una apertura por la parte inferior, donde guardo el saco de dormir y el pijama. De esta forma, no tengo que deshacer la mochila todos los días buscando el saco de dormir.

LA ROPA

3 cambios de ropa

Dependerá de la estación en la que decidas caminar, pero por regla general, recomendaría unos pantalones largos técnicos (yo soy una enamorada de estos), unos cortos y unos leggins (que podrás utilizar para caminar o como pijama).

3 camisetas transpirables que, además de pesar poco, sequen rápido y no agarren olor. Desde que conozco la lana merina no quiero otra cosa. (Son caras, pero merecen la pena)

3 prendas interiores, 2 sujetadores (deportivos) y 3 pares de calcetines.

La pregunta común es ¿calcetines técnicos? Personalmente he visto ampollas tanto en aquellas que llevaban calcetines normales como calcetines técnicos, pero sé que ayudan. Yo con estos dejé de tener rozaduras y dolor de pies.

Dependiendo de la temporada: ropa de abrigo; desde un cortavientos, a un forro polar o un plumífero. Dependerá del clima esperado. Mi mejor consejo es que pienses en hacerte una cebolla: capas cómodas, pegaditas a la piel y que pesen (y ocupen) poco.

Una gorra si es en época de sol, o un gorro y guantes si es de frío.

Hay que tener en cuenta que es probable que algunos días haga sol, otros frío, otros llueva...

HIGIENE

Toalla de microfibra. A nadie le gusta su tacto estropajoso pero, como las camisetas transpirables, pesan poco y secan muy rápido.

Un peine, un cepillo de dientes, pasta de dientes, gel y champú (en envase pequeño). En mi caso también incluí crema labial, desodorante, cuchilla, la copa menstrual (puedes saber más en este artículo sobre viajar con la regla o sobre la copa menstrual aquí), pinza y pañuelos de papel.

Un básico que algunas personas se olvidan: las chancletas. No sólo para la ducha, si no que serán tus zapatillas perfectas de recambio; ligeras, y fresquitas, ideales para relajar y airear el pie una vez finalizas la jornada de peregrino. Si tienes cerradas y con una buena suela mucho mejor, ya que muchas personas las utilizan con calcetines en el caso de tener problemas con las zapatillas de trekking.

De aquí en adelante, todo lo que quieras cargarte es cosa tuya; crema, maquillaje, secador,... ¡No te olvides que tendrás que cargar con ello!

BOTIQUÍN

He visto botiquínes de todo tipo, pero, y en general, destacan por su tamaño, a mi parecer, desmesurado. Recuerda que no te vas a la guerra, ni al desierto, ni tampoco a un país extranjero. Estás en España, en un Camino donde todo el mundo tiene los mismos problemas, donde hay farmacias y... para qué negarlo, un montón de peregrinos con botiquines a rebosar.

Foto de Iva Jurčić

¿Mi consejo? Lleva lo básico. Y lo básico es muy poco: alguna tirita, vaselina para la prevención de ampollas, paracetamol o ibuprofeno para los dolores, un antiséptico, gasas y una venda. La realidad es que no sabes qué es lo que te va a tocar en el Camino: si serás carne de ampollas o de tirones musculares. Quizás tienes una caída. En mi opinión, ir cargada para todas las posibilidades que puedan pasarte (con tanta farmacia y peregrino en el Camino) es una locura. Pero allá cada uno y sus miedos. En esta entrada ya os conté qué me pasó a mí cuando me caí...

Yo no me olvido de los tapones para los oídos, y de cera, que amortiguan más.

DORMIR

Saco de dormir o saco sábana, ya que no en todos los albergues municipales no hay sábanas pero la mayor parte ofrecen mantas.

CONTRA LA LLUVIA

Si la mochila refleja los miedos de cada uno, la mía reflejaba miedo a la lluvia. Proteger la mochila y su interior era una de mis prioridades. ¿te imaginas parar a dormir y que todo el interior de la mochila esté mojado?

Impermeable de buena calidad (costuras estancas y, al menos, resistencia a 5000 de lluvia) o poncho. Este es un buen ejemplo.

Protector de lluvia para la mochila

Bolsas herméticas con las que proteger tus objetos de valor: la credencial, cuaderno, objetos electrónicos y, en mi caso, la ropa limpia (¡ya os he dicho que el agua era mi miedo!)

Nunca me llovió tanto como en esta etapa, la considerada más dura de todo el Camino Primitivo. Las bolsas y el protector de mochila impidieron el desastre. No mi impermeable (no lo suficientemente bueno) que hizo que llegase totalmente mojada.

COMUNICACIONES Y BLOGUERISMO

Este es un apartado muy personal, pero importante para mí. Es la explicación de porqué camino con una tablet en la mochila. Además de la tablet, mi recién adquirida cámara de fotos deportiva y el móvil. Además, no puedo viajar sin una libreta y un bolígrafo (lo que recomiendo a todo el mundo). Y por supuesto, no olvidarse del cargador.

ACAMPADA

En mi caso, algo especial, planeaba acampar sola (aunque fue un fracaso) por lo que mi mochila para el camino de Santiago tenía algunas particularidades. (Puedes saber más sobre mi fracaso acampando sola aquí).

Incluí una tienda de campaña, lo más pequeña posible, con un peso de 2,3 kilos. Es la típica del Decathlon que, para el precio y el peso, me parece perfeta. También una esterilla autohinchable, que te da comodidad pero también te aísla del frío (¡básico!).

Un set de cocina que incluía una cacerola, una sartén, un vaso de plástico, un tenedor y una cuchara. Existen unas que ya vienen con todo lo que necesitas (aquí).

Además, y por eso del peso, un hornillo a base de alcohol hecho por mí misma a partir de una lata de cocacola. No es demasiado eficiente, sirve más para calentar que para cocinar, pero me sacó de algún apurillo y ¡no pesa nada! Además, internet está lleno de diferentes opciones, por lo que para la siguiente buscaré una opción más eficiente.

PEQUEÑAS GENIALIDADES

Aquí una lista de objetos que no ocupan ni pesan nada pero que son utílisimos y que yo no olvidaría.

Navaja, mechero, frontal, un trozo de cuerda, cantimplora, imperdibles y pinzas de la ropa.

Peso total: alrededor de unos 8 kilos más el agua y la comida. Por encima de lo estipulado, pero sólo en material de acampada sumo 3 kilos. Si no acampas, tienes la mochila para el camino de Santiago perfecta.

¿Qué opinas? ¿Echas algo de menos? ¿Tienes algún comentario?

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