ppp

Mi fracaso: acampar sola, y qué aprendí de él

Hoy quiero hablaros de el fracaso que fue acampar sola. Y qué aprendí de él. Porque no todo lo que nos planteamos en esta vida funciona ni sale bien a la primera. No todos los miedos a los que nos enfrentamos se vencen en un primer intento. Y hoy quiero hablaros de mi miedo; de aquel contra el que intenté luchar en el Camino de Santiago, y aquel al que no vencí: Acampar sola.

Algunas de vosotras conocéis bien la historia. Hace algo así como tres meses, antes de comenzar el Camino de Santiago, me hice tres propuestas. 3 objetivos que me planteaba para un Camino de Santiago que se dibujaba un reto. El primero, y el más importante, era aquel del que hoy vengo a hablaros: acampar sola.

Supongo que habrá para quien pensar en acampar sola será una locura. Pero supongo que habrá para quien acampar sola no suponga ningun miedo, ningún estrés. El miedo es libre, y muchas veces irracional. Pero libre. En mi caso, acampar sola me daba mucho respeto y, por qué no decirlo, me daba miedo.

acampar sola

PERO ¿POR QUÉ TE DA MIEDO ACAMPAR SOLA?

Creo que tengo que comenzar este apartado diciendo que siempre he sido bastante miedosa. Aunque ahora me veáis aquí, escribiendo un blog sobre viajar sola, la noche siempre me ha dado bastante miedo. Quizás no me creeréis si os digo que hace unos seis años no era capaz de dormir acompañada en una furgoneta si los alrededores eran muy oscuros. Que, hasta hace poco, no he podido dormir con las persianas subidas de mi habitación porque dan a una terraza. Y que el pensamiento de hacer acampada libre acompañada también me provocaba bastantes dudas.

Acampar sola para mí supone estar desprovista, estar aislada y estar indefensa. Estar en mitad de ninguna parte, durmiendo e incomunicada. Estar en un lugar donde, en principio, nadie sabe donde estás, y sin saber exactamente bien dónde estás tú, y a qué te expones. Estar expuesta a personas que anden por la zona, estar a disposición de la fauna del lugar y estar, especialmente, disponible para todos tus malos pensamientos que pasan por tu mente.

ENTONCES ¿POR QUÉ ACAMPAR SOLA?

Te preguntarás entonces, si soy, o era (ya no lo sé), tan miedosa, si me supone tantos miedos y dudas, por qué me he empeñado en acampar sola. Pues tengo mis motivos.

  • Porque quiero viajar ligera. Libre de obligaciones y problemas de presupuesto. Encontrar un hostal que se adecúe a mi presupuesto es una obligación que se lleva gran parte de mis fuerzas en los viajes.
  • Porque me gusta la idea de poder tener un hotel de mil estrellas.
  • Porque me gustaría poder quedarme a dormir en el primer sitio que encuentre o en aquel sitio que tanto me ha gustado.
  • Porque superar mis miedos es importante para mí.
Acampar sola para dormir donde quieras

Disfrutar del maravilloso espectáculo de amanecer dónde quieras

¿CÓMO FUE TU EXPERIENCIA?

Como os digo, hacer acampada libre, incluso acompañada, suponía un reto. Y como todo reto, tuvo momentos malos, otros muy malos y otros buenos.

Finalmente acampé en solitario tres noches. Pero no las disfruté. Y, para que me entendáis, os contaré toda la historia.

#1 Mi primera noche acompañada: Compartiendo tienda con mi hermano

Para empezar a luchar contra ese miedo, mi hermano se ofreció a echarme una mano. Él acostumbra a acampar en sus viajes en solitario y no le importó darme unas cuantas directrices al respecto y acompañarme mis tres primeros días de Camino de Santiago.

Decidimos acampar en un parque a las afueras de Irún, cerca del puente internacional que une con Hendaya. Esperamos hasta que anocheciese y plantamos nuestra tienda. Éramos conscientes de que no era el mejor lugar, no sólo por la cercanía a la ciudad si no por el terreno; un humedal, pero no había muchas opciones más...

Los nervios (incluso acompañada), la humedad y el poco espacio que compartimos hizo que pasase una noche horrible.

Grado de descanso: 2/10

#2 Segunda noche acompañada: 2 tiendas individuales

Acampamos en un merendero entre Pasaia y San Sebastián. El lugar es mejor que la noche anterior, hay una fuente, árboles que dan sombra, no hay tanta humedad y estamos cansados. En contra diré que estábamos en zona de paso, hacía mucho frío y ya dormíamos en tiendas separadas.

acampar sola camino de Santiago del norte

Me duermo sin problemas pero, en lo que yo creo es mitad de noche, me despierto. He oído ruidos sobre mi tienda, estoy nerviosa y tengo frío. A penas son las 12 de la noche y mi hermano duerme plácidamente en la tienda de al lado. Después de al menos una hora en la que se me hace imposible dormir, y en la que pienso en despertarle varias veces, me convenzo de que si no duermo la noche será eterna. Para ayudar, a mi cabeza vienen pequeños fragmentos de una novela navarra de asesinatos en el Baztán. ¡Eso sí que es inteligente! Me insisto; Tengo que dormir. Y duermo. Pero soy consciente de que acampar sola es una locura de la que no seré capaz.

A la mañana siguiente descubro que los amenazantes ruidos que escuchaba por la noche era un bonito petirrojo que se posaba sobre mi tienda.

Grado de descanso 3/10

#3 Tercera noche acompañada: 2 tiendas individuales.

Acampamos en la parte trasera de una ermita cercana a Orio. Me gusta el lugar; es bonito, tranquilo y tenemos un techo (en caso de que llueva). Ya son dos noches que no descanso muy bien y, sumado a los kilómetros que llevo en mis piernas, estoy cansada.

Sólo tengo unos momentos de dudas y miedos recién entro de la tienda. Sin embargo, duermo de un tirón. Descanso.

CAMERA

Grado de descanso 7/10.

#4 Primer intento de acampar sola

El 5º día de camino, el 2º en solitario, decido que continuaré andando un poquito más que Deba y pondré mi tienda. Sin embargo, llegando a Deba me caigo de cabeza en una cuesta (ya os lo conté aquí).

Asustada por el golpe, lo tomo como una señal y decido que no es el mejor día para pasar la noche en solitario.

#5 Primera noche acampando sola

No se puede considerar acampar sola porque el propio albergue tiene tiendas de campaña, pero algo es algo.

Descanso perfectamente sabiéndome acompañada.

Grado de descanso 9/10

#6 Segunda noche acampando en solitario

En San Vicente de la Barquera, el hospitalero me muestra un lugar donde acampar. Está escondido, a apenas 400 metros del albergue y, a cambio de un donativo, me deja usar las instalaciones del albergue. El lugar es idílico, tranquilo y me siento segura sabiendo que no estoy lejos del resto de gente.

A las 9 y media de la noche, adormilada, me despierta una voz ronca de hombre que dice "Hello". Casi muerta del susto consigo salir del ataque y responder. Un chico francés, también peregrino, va a acampar a unos 20 metros.

Grado de descanso: 7/10

Y aquí ocurre algo que hará que cambie mi predisposición. A las 7:30 de la mañana, todavía de noche, y mientras recojo la tienda de campaña, algo se mueve entre los árboles. Un "señor" se esconde tras el árbol más cercano a mí. Algo asustada me dirijo a él, pero no obtengo respuesta hasta que se marcha por donde ha venido cuando el peregrino francés sale de su tienda.

#7 Tercera, y última, noche acampando en solitario

Todo el día tengo presente los hechos de la mañana. No ha pasado nada, pero me deja expuestos todos mis miedos sobre acampar sola. Esta noche no quiero acampar, pero el albergue municipal está completo y el resto se escapan bastante de mi presupuesto planeado. Decido acampar sola a las afueras de Pendueles. No me gusta el lugar, no tengo ganas y me da miedo. Pero me decido. Una amiga croáta cena conmigo en el que será mi lugar de acampada y se marcha cuando anochece.

Empieza mi agonía. Estoy a un kilómetro del pueblo, el terreno es incómodo y mis miedos estás a flor de piel. No puedo dejar de pensar en lo indefensa que me siento. Me intento autoconvencer de que quien ve la tienda de campaña no sabé quién, ni cuántos hay dentro, pero no puedo de dejar de pensar en lo expuesta que estoy.

oscuridad l acampar sola

Todo oscuridad ahí afuera...

Alrededor de las 22:00, apenas llevo una hora en la tienda, estoy apunto de llamar al 112 porque creo escuchar ruidos en el exterior. Por supuesto no hay nadie, e intento relajarme. A las 23:30 me despierto sobresaltada, claramente alguien ha golpeado mi tienda. Por supuesto no hay nadie allí y ha sido un mal sueño. Es una noche larga en la que me despierto más de 10 veces. Las horas pasan despacio y pido al cielo que llueva, como si los animales y las posibles malas personas no saliesen con la lluvia.

Antes de amanecer estoy recogiendo la tienda. Sólo tengo ganas de que amanezca, comenzar a caminar y llegar a un albergue. Ha sido, seguramente, la peor noche de mi vida. Sin embargo, el sentimiento se olvida pronto al vencer el sentimiento de haberme enfrentado a un miedo.

Grado de descanso: 2/10 (Algo dormí...)

¿Y QUÉ APRENDÍ DE TODO ESTO?

No volví a acampar sola. Mentiría si dijese que las cosas se dieron así. Yo hice que las cosas se dieran así. El día que no amenazaba a lluvia, encontraba un albergue municipal y el día que no lo encontraba... ¡caminaba un poco más! Decidí que llevaba la tienda, y que si un día la necesitaba la utilizaría, pero que ya había sido suficiente. Hacía frío, sí, comenzó a llover y me recomendaron no acampar en el camino Primitivo, sí, pero fue mi cabeza la que tomó la decisión. No las condiciones.

Si no convences a tu mente de que quieres hacer algo, no lo harás.

CAMERA

Aprendí cómo se siente el conseguir lo que te propones. Quizás no disfruté acampando en solitario, pero lo hice. No sólo acampé sola, sino que superé tres noches, con todas sus horas. Y la sensación de conseguir algo que nunca antes habías hecho es adictiva. Un chute de energía que al día siguiente me hacía caminar sin esfuerzo.

Tras acampar con mi hermano acampé otros días con otros peregrinos. Aprendí que siempre hay otra forma de hacer las cosas; quizás no estaba disfrutando de acampar sola, pero aprendí que disfrutaba acampando con más gente, compartiendo los momentos previos a la acampada y disfrutando los amaneceres alejados del trajín peregrino de los albergues.

acampar sola o acampar con gente

Busca siempre otra forma de hacer lo que quieres

Aprendí que conviene invertir algo de tiempo y energía en prepararte. Aprendí que el lugar donde decides pasar la noche y acampar sola es muy importante y es necesario invertir tiempo en buscar un lugar. Sintiéndote segura, cómoda y "protegida" la noche pasa mejor.

Aprendí que hay que ser flexible. Hay momentos que es necesario cambiar los planes para disfrutar de algo. Llevar la tienda, buscar un lugar donde acampar y acampar en solitario (o sólo pensar en la posibilidad) me generaba algo de estrés. Decidí que disfrutaría del resto de viaje en los albergues con la gente que había conocido. Si un día la necesitaba la utilizaría, pero no me iba a obligar (más) a utilizarla.

Aprendí que esto de los miedos no es cosa de género. Hay muchos hombres que me han hablado de sus miedos a acampar en mitad de la nada y muchas mujeres que me han confirmado que ellas acampan sin miedos.

Tras mi fracaso de acampar sola aprendí que no existen los fracasos. De aquello que no funciona se aprende mucho, y yo he aprendido. Me he superado a mí misma en algo que hace años hubiese creído imposible. He empezado a luchar contra un miedo y sé que volveré a intentarlo. Disfruté de llevar la tienda, de saber que siempre tenía esa opción ahí en el caso de que no encontrase hostal o éste fuese muy caro. De saber que si encontraba alguien a quien le gustaba acampar podríamos hacerlo juntos.

¿Y tú? ¿Sabes cómo es acampar sola?

Suscríbete a Dejarlo Todo e Irse y comienza a disfrutar de todos los artículos y recursos que se publican en el blog así como de material exclusivo.

Introduce tu email ahora y recibe como regalo de bienvenida en tu correo mi ebook 

" ¿Y si viajo sola? El libro que te dará el último empujón."

2016-12-15T18:01:13+01:00

About the Author:

¡Hola! Soy Patricia. Viajo sola desde 2014, cuando cargando mil miedos en mi mochila dejé mi trabajo en una farmacéutica y me marché al Sudeste asiático sin billete de vuelta. Ya he recorrido sola 4 continentes. Enamorada de viajar sola, lento y a dedo, y luchando por sentirme cada vez más libre, ahora me dedico a animar a otras mujeres a hacer lo mismo siendo cabeza y manos del blog Dejarlo Todo e Irse.

34 Comments

  1. Está claro que los miedos irracionales son tan libres como nuestras decisiones, para bien o para mal, y producto de los apegos y la dependencia emocional.

    Me quedo con la frase final como reflexión y moraleja: "Si no convences a tu mente de que quieres hacer algo, no lo harás".

  2. PamGhee at 04:34 - Reply

    Amiga, te digo que fuiste valiente... Yo también he realizado travesias de acampada sola y nunca ha sido una cosa relajada, pero he logrado vencer el miedo y lo he pasado increible... la última vez fue de las peores, recuerdo que estaba atravesando desde Chile a Argentina por un paso hermoso, iba sola y estaba por lo menos a un día camiando de cualquier ser humano, hacía rato que ya no veia a nadie (la mayoria iba a lugares mucho antes del paso a argentina) y cuando llegué al lugar señalado en el mapa para acampar resultó ser un lugar lúgubre, estaba sola, realmente sola, muerta de miedo y cansada de 12 horas de trekking con un bolso de por lo menos 18 kilos... Esa tarde me metí a la carpa antes que anocheciera, me cocine y recé y recé además cuando iba subiendo por un terreno rocoso con mucho fango, pasaron unos arrieros con unos tremendos cuchillos abriendo camino a las vacas!! yo pegué un grito de saludo y aceleré a mas no poder...... cuando llegúe a la zona de acampaza señalada en GPS estaba paralizada del miedo, pensé inmediatamente en que estaba en zona de pumas, hice un video con el telefono para despedirme de mi familia y dejar testimonio ajjaajj... cuando oscureció no queria salir, sentí mil cosas en la noche, pasos cerca de mi carpa!!, y de pronto a eso de las tres de la mañana se escuchó como un grito! Sí fue un grito! y como si un troco hubiera caido justo a unos 5 metros de mi... mi corazón llegó en medio segundo a la cúspide de mi cerebro y luego casi se me sale de la boca, mi mente decía "qué fue eso" "fue real? lo imaginé" "qué hago?? salgo o me quedo acá??" e igual que tu pensé que nadie sabe quien está dentro de la carpa, cuantas personas hay etc asi que mejor me quedé dentro muerta de miedo... guarde silencio para poder ver que pasaba y nada de nada, luego dormí y desperté apenas amaneció... para mi fortuna, al salir de la carpa y explorar el lugar me pude dar cuenta que unos pocos metros de mi había un verdadero paraiso para acampar, un lugar bello, lleno de flores silvetres, sol, pasto, una vista a la cordillera ejemplar, una hermosa cascada, agua fresca, y un sol radiante para secar mi ropa... pero luego al anochecer otra vez lo mismo... pero me toco ese día que una pareja más llegó al lugar y no se imaginan lo feliz que estaba de que esa noche no estaría sola... U otra vez en perú también me dio por hacer unos trekking por las montañas sola, ay no!!! esos sí fueron unos trekkings en los que no paré de rezar y jurar que jamás saldría sola en la vida desde el principio hasta el final, teniendo sólo momentos de gran disfrute por la experiencia de paisajes de la selva jajajajja pasé por casas de campesinos, por campos de cultivo y hasta por cementerios! jajajaj que horror pero gracias a dios no me pasó nada.

    A mi me gusta la aventura, un montón, ya viajé sola y he acampado en travesias de montaña y trekking largos como experiencia de crecimiento, ahora luego de haberlo hecho sola, creo que es mejor hacerlo en grupo, es más tranqui y relajado... ahora sí, quizas te pasa al igual que a mi que los amigos que tenemos no son tan extremos y ha tocado hacerla sola 🙂
    Saludos desde Chile ...

    • Patricia at 12:59 - Reply

      Qué comentario tan genial, Pam! Jajajaja. Es que la cabeza, la naturaleza y los ruidos a la noche son otra historia...!!!! El lugar más maravilloso se convierte de pronto en un lugar horrible, ruidoso o con visitas de gente de pueblos de al lado para hacer la fiesta! Yo no volví a acampar sola, si no que siempre lo he hecho en compañía. Si algo no se disfruta, tampoco tengo la obligación! Este año estuve viajando con el coche y durmiendo en el interior y me pareció mucho más sencillo, seguro y bonito! Hacía rutas de un día y volvía a dormir en el coche! Me pareció mucho mejor! Pero que cada una pruebe y elija! Un abrazo!

  3. Anónimo at 00:14 - Reply

    Que viva la gente que le quema esta llama.
    Yo nunca he acampado solo
    He hecho mucho senderismo, y ahora quiero hacer París Santiago con tienda, y me da un poquitín de yuyu jajaja
    Pero bueno, si nadie se apunta no queda otra!
    Larga vida al senderismo acampada y libertad.
    Saludos

  4. Hola Patricia!

    Gracias por compartir la experiencia y hablar abiertamente de tu miedo. Sobre todo la aceptación ante lo que tu llamas el "fracaso".

    Te entiendo muy bien y de hecho he llegado al blog escribiendo en google algo como "miedo a la acampada libre sola" jajaja Por que, como tú, me da miedo pero quiero hacerlo!

    He tenido unas 3 experiencias hasta ahora así (yo ni siquiera iba con tienda, sino sólo con saco, que siempre q el tiempo lo permita, me da más tranquilidad al poder ver el exterior siempre), y las tres durmiendo fatal, escuchando hasta lo q no existía. Creo que no me da miedo la noche ni la oscuridad o la soledad sino las intenciones de la gente. Siento que es algo también inculcado desde siempre, entre otras cosas por ser mujer.

    La primera noche me vino a la cabeza que si me pasaba algo, las primeras (al menos) reacciones de familiares o gente cercana iba a ser algo tipo: "pues claro, ¡a quién se le ocurre! dormir solA por ahí. Te lo has buscado". Me dió una rabia infinita; por que aunque no ha llegado a pasar y por tanto no puedo asegurar que fuera así sé que es absolutamente probable; y dudo que a un tío le digan lo mismo en su casa. Pero es lo de siempre: si nos atacan, la culpa obviamente no será de la víctima sino de quién ataca! En fin... esta es mi lucha... jeje

    La última vez, en una playa preciosa que me recomendaron, pero algo alejada del camino principal, un hombre al que pregunté por direcciones ya al caer la noche me preguntó directamente: "vas a pasar la noche en la playa?" Le dije que no. Luego ya allí, conocí a un chico que me pareció muy de confianza y agradable pero enseguida aprovechó para intentar liarse conmigo; no me forzó en absoluto, le dije que no y todo fue bien, pero joder... no es siempre lo mismo?

    En fin, me he puesto un poco quisquillosa, pero como habéis comentado también me sentí bien de haberlo hecho a pesar de todo y tengo un recuerdo muy especial de esas veces. Me encanta viajar sola también.

    Creo que el consejo de poner la energía en buscar el sitio, o llevar algo que nos haga sentir con mayor seguridad, o reinventar la forma de hacerlo como dices tú, Patricia, son claves. En alguna ocasión me he puesto a cantar antes de dormir y eso me ha relajado y dado fuerza a la vez 🙂

    De esta última vez escribí un textito inspirado en la experiencia; os lo comparto:

    ~~~
    Cayó la noche y todo empezó a moverse y a hablar de forma desconocida. El mar, las estrellas, la oscuridad, el viento, las sombras.

    Mi inquietud era tan salvaje como todos ellos.

    El mar me dijo:
    Te asusta mi rugir pero será tu nana hoy. Sólo voy y vengo en infinitas olas.
    Aquí me quedo hasta que te duermas. No te abandonaré.

    Las estrellas me dijeron:
    Te asusta que cada vez que abres los ojos nos ves diferentes y mudas, pero confía que siempre habrá alguna de nosotras.
    Aquí nos quedamos hasta que te duermas y llegue la luz del día que anhelas. No te abandonaremos.

    La oscuridad me dijo:
    Me temes porque ilumino tu inseguridad, pero no te abandonaré.
    Aquí me quedo hasta que la trasciendas, hasta que te duermas; si no, ¿cómo podrías hacerlo?

    El viento me dijo:
    Te asusta el ruido desconocido de las cosas que hago mover a tu alrededor y de las alucinaciones que te provocan. ¡Úsame! ¡Usa mi canción y siente mi mismo poder!
    Aquí me quedo hasta que te duermas. No te abandonaré.

    Las sombras me dijeron:
    Nos temes porque crees que somos de Verdad, pero no es así.
    Aquí nos quedamos respetando y suavizando tu sueño, con la promesa de la claridad del día que viene.

    Entonces, yo les pregunté a todos ellos:
    ¿Y mis hermanos humanos? Es a los que más temo. Prefiero que me abandonen antes de que me hagan daño. Son imprevisibles y se mueven por deseos egoístas. No son salvajes como vosotros.

    Dijeron:
    Conócelos, como nos conoces a nosotros, y témelos como a cualquiera de nosotros. Pero nunca te temas a tí misma.

    ~~~

  5. Franz Aceituno at 16:17 - Reply

    Hola Amiga lei toda tu Historia y como superaste esas etapas. bien yo desde los 8 años me gusta hacer Campismo ahora tengo 55 años. año con año estoy acampando mas o menos 2 a 3 veces por año, estando chico solia ir a zonas en la montaña solo y pues me daba temor al inicio pero fui superando y sabes con que lo hacia lleve un radio ... y lo encendia de noche ese era mi acompañente y asi podia dormir tranquilo. ya despues era normal y pues no tenia problema.. ahora lo hago pero estamos con la familia cuando salimos .en estos momentos estoy haciendo un Reto para 105 dias acampando en la terraza de mi casa ya hoy estoy por el dia 94 y pues con lluvia poco de frio pero con el equipo necesario para poder pasar este eto que me someti ..por estar confinados por la pandemia... asi que vamos intercambiar anecdotas tengo muchas cuando eh salido hacer campismo.
    Saludos especiales desde Honduras Franz Aceituno y de paso te invito a mi pais Honduras hay mucho lugares para hacer Campismo.

    • Patricia at 14:42 - Reply

      Hola Franz! Qué bueno que hayas estado haciendo campismo toda tu vida y que ahora lo hagas en familia! Respecto a tu nuevo reto, me parece maravilloso y perfecto para poder salir de la rutina a la que un confinamiento puede llevarte. Suerte que tienes una terraza con la que acercarte al exterior!
      Tengo Honduras en mi cabeza, así que cuando esto pase y me decida con volver a Centroamérica, me encantaría aceptar tu invitación y charlar durante horas sobre viajes y campismo. Un abrazo!

  6. Anónimo at 16:02 - Reply

    Gracias por compartir, a final de mes quiero hacer el camino de Santiago, únete! 🙂

  7. Anónimo at 15:13 - Reply

    Jo acabo de leerte buscando para hacer el camino con tienda , pero con mi perro tambien. Conocí a una chica haciendo el caino primitivo el año pasado que íba sola y me pareció de una valentia increible. Tu tambien lo eres, gracias por el post

  8. Anónimo at 19:05 - Reply

    Pato me alegra que te hayas dado cuenta que todo esta en tu mente por lo tanto es irreal¡¡¡Me gusto mucho tu relato hare el camino proximamente un abrazo

  9. Anónimo at 10:03 - Reply

    deprimente empezar a leerte, con todos mis respetos

    • Patricia at 03:29 - Reply

      No entiendo porqué, pero bueno. Supongo que eres fácil de deprimir, con todos mis respetos. Por mi parte, me siento feliz sólo con el hecho de que mis textos te generen algo. Espero que la próxima sea algo positivo 🙂 Un abrazo!

  10. Thomas at 19:30 - Reply

    Muchas gracias Patricia. Que historia tan bonita. Un beso. Thomas

  11. Bolboreta at 15:18 - Reply

    Pues que quieres que te diga, me pareces muy valiente. A mí me gustaría poder hacerlo pero sé que es muy difícil. Con gente alrededor es distinto, es como estar en tu casa sola pero con vecinos alrededor. Supongo que somos animales sociales, a fin de cuentas.

  12. Eduardo at 20:28 - Reply

    Hola Patricia, es legal dormir en tienda de campania en el Camino del Norte? te pregunto porque lei una respuesta en youtube que al parecer todo es privado y seria ilegal acampar ahi junto al camino?

    • Patricia at 20:40 - Reply

      Hola Eduardo!!! En general en España la acampada es ilegal pero no el trasnochar... dejé los datos por el artículo. Te evitarás problemas si "escondes" un poquito tu tienda y la montas/desmontas al atardecer/amanecer, y estás, al menos, a 2km de la siguiente población.

      Un abrazo!

  13. Sergi at 07:06 - Reply

    Acabo de encontrar tu blog por curiosidad y me tiene enganchado!

    Gracias por compartir tu punto de vista y tu experiencia, es muy inspirador y está potenciando mucho las ganas que tengo de aventurarme a intentarlo yo mismo, aunque espero que no se me ponga ningún petirrojo encima de la tienda... porque seguro que no pego ojo!

    Enhorabuena por enfrentarte a tus miedos y gracias otra vez por compartirlo con todos a los que nos falta solo un empujoncito!

  14. Paula at 05:25 - Reply

    Felicitaciones, y gracias por compartir tus experiencias y miedos, todos los sentimos, lo importante es manejar los miedos y no ellos a nosotros, así aprendemos a vivir. Bellos ejemplos de vida. Me divertí y reí mucho leyendo esta aventura. Muchas Gracias!!! Un abrazo y adelante.

    • Patricia at 01:35 - Reply

      Muchas gracias por tu comentario Paula! Poco a poco una aprende a manejar estas cositas. A ver si pronto vuelvo a enfrentarme a ellos 🙂 un abrazote!

  15. Camila at 05:50 - Reply

    Me senti lo más identificada del mundo cada vez que leía, al fin siento que encuentro alguien que me entiende

    • Patricia at 11:10 - Reply

      Hola Camila!Como digo, haberlo intentado ya es una victoria! Poquito a poco! Yo volveré a intentarlo! Un abrazo! 🙂

  16. Iñigo at 20:57 - Reply

    Oleeeeeeee. He encontrado la página por casualidad. ¡Enhorabuena por haber acampado sola!, el valor es hacer las cosas estando cagado de miedo, sino no sería valor.

    Te diré que yo también paso miedo, y ya he acampado solo muchas veces. Eso si, es un miedo irracional que se acaba venciendo, pero hay que aceptar que siempre estará ahi. La primera vez que acampe solo lo hice en la parte soriana del Moncayo, y pasé un miedo terrorifico pero la verdad que no tenía mucho sentido, porque era de lo mejor que he encontrado.

    Ya lo han dicho en un comentario, el animal mas peligroso el de dos patas. El resto de animales son inofensivos, porque tienen demasiado miedo del ser humano como para acercarse. Como mucho ratoncillos, topos, una vez hubo un gato que estuvo incordiando toda la noche, pero poco más. Los perros asilvestrados (y no los lobos, como cree la gente) si suelen ser un problema, para lo cual hay que evitar acampar cerca de pueblos o basureros. Para evitar al resto de animalillos curiosos conviene alejar la comida (sobre todo si es olorosa) del campamento y colgarla de un arbol. Esto los campistas americanos lo saben muy bien. También hay que evitar poner la tienda en sendas hechas por animales, o donde haya excrementos de animales, hierba aplastada o hierba alta (si es zona de serpientes venenosas). También recomiendan mear cerca de la tienda de campaña para que huela a humano, no se si funcionará o no pero tiene su lógica. Yo siempre lo hago.

    En general en los lugares en los que mas miedo he sentido son zonas cercanas a las urbanas, en montaña/campos alejados duermo tranquilo, sobre todo si son lugares a los que solo se accede a pie, que la gente es muy vaga. Yo creo que no se le da importancia pero hay que molestarse en buscar un lugar bueno donde acampar, no vale cualquier cosa. Bien drenado por si llueve, tranquilo, alejado de caminos o carreteras, que no se nos vea desde la lejanía o de ningun punto por donde pueda pasar gente, etc, etc, etc.

    Te recomiendo http://www.viajarapie.info, no solo por la calidad técnica de sus articulos (igual empalagosete si no eres montañero), sino por la filosofía que desprende, es un modo de vivir. Urgando en la web (no está muy bien estructurada, pero te aseguro que es un filón, como cuando encuentras ese lugar precioso que no sale en las guías para turistas pero vale más que el paisaje más fotografiado) encontraras muchas claves para reducir peso.

    Espero que hayas vuelto a acampar sola muchas veces más, mucho animo y por cierto, soy de tu pueblo.

    Un saludo y ya siento el tochazo!

    • Patricia at 19:59 - Reply

      Hola Iñigo!

      Gracias por tus consejos sobre acampar sola/solo ¡son geniales! Me alegra (a pesar de como suena) no ser la única a la que eso de acampar sola también le dé miedito, pero por lo que veo eres un experto! Muchas gracias también por la recomendación de la página web, tiene pinta de tener muuucha información! Le echaré un vistazo más detenido.

      Oye, si eres de mi pueblo un día nos tomamos una caña y nos ponemos al día ¡quiero saber en todos los sitios que has acampado! jejeje. Igual hasta nos vamos de acampada!!! =)

      Un abrazo! ( y más tochazos por favor, jeje)

  17. José Luis at 16:25 - Reply

    tan sólo quiero expresarles mis respetos, admiración y sana envida a tod@s ustedes por atreverse a vivir la vida tan libre y humanamente. me hacen recordar aquello de; "me fui solo a las montañas, porque no quería que llegara el día de mi muerte y saber que no habia aprendido lo esencial en la vida". gracias su ejemplo motiva y hace soñar. atte; Dr. Jose Luis M. Quintero

  18. Héctor Nistal at 17:47 - Reply

    Si me encuentro a un "señor" escondido tras un arbol, al levantarme, ya no me separo de mi baston de treking en todo el viaje. Ja,ja,ja. No temo a los animales, pero las personas....

    • prisxd at 12:56 - Reply

      jajajaja Hector. Veo que me entiendes! Despues de esa experiencia volvi a acampar sola... pero no pude descansar! Aun asi, seguire intentando!

  19. […] salvaje una palabra que tanto me ha marcado en esta última etapa. Salvaje fue la película que me llevó a realizar este camino y Hacia rutas salvajes una película que me erizó cada vello de mi cuerpo. Es el primitivo, me […]

  20. […] durante  42 días consiguiendo llegar desde Irún a Fisterra con un presupuesto de 350 euros. Acampé e hice autostop en solitario por primera vez. Saqué mis propias conclusiones ante temas tan […]

  21. […] mi caso, algo especial, planeaba acampar por lo que mi mochila para el camino de Santiago tenía algunas […]

  22. […] Pero el Camino, todo lo positivo que había pasado en él y la no prisa que tenía por llegar a casa influyó en la toma de decisión. Y sí, admito que el precio del billete para volver a Santiago también influyó. Pensé que sería una bonita forma de terminar el camino. Recorrer los kilómetros de otra forma. Intentar, al mismo tiempo, quitarme la mala sensación de no haber superado con mucho éxito el reto de acampar en solitario. […]

  23. […] Al mismo tiempo que me puse como reto acampar sola (reto medio fracasado como ya os expliqué aquí) me propuse un presupuesto de 10 euros por etapa. Según establecen la mayor parte de la guías del […]

  24. hola! tengo 59 años y hace 5 años biaje solamente mi perro y yo en una camioneta por varios lugares por 7 meces pero nunca acampe soy muy miedosa para eso en las mañanas trabajaba en las tardes paceaba y en la noche dormia en un cuarto que rentaba por mes.saludos.

  25. Irene at 12:51 - Reply

    No sabes cuánto te entiendo. Tardé mucho en acostumbrarme a acampar sola, pero lo hice casi todas las noches (tenía muchos miedos pero poquísimo dinero...) Al final le encontré el gusto y justo en ese momento pasó algo que volvió a atraer el miedo.
    Me prometí que no volvería a casa sin haber acampado sola otra vez después de ese susto y así lo hice. De hecho acampé sola dos veces más pero poniendo más atención y escogiendo bien el lugar. Como dices, volví a sentir un chute de energía que me devolvió las ganas de acampar, hasta el punto que estoy considerando llevarme la tienda de campaña en mi próximo viaje por América.

    • prisxd at 11:29 - Reply

      Qué bueno Irene!

      Yo también planeo llevarme la tienda de campaña para el siguiente viaje... ¿o una hamaca? ¿has pensado en ello?

Si tienes algo que comentar... aquí tienes tu espacio

¡Suscríbete!

    Correo electrónico

    Recibirás un email en tu correo para confirmar la suscripción, si no lo recibes quizás esté en tu carpeta de Promociónes (de Gmail) o en SPAM :/ (¡Sácalo de ahí!)

    ×
    Share This
    A %d blogueros les gusta esto: